La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) llevó adelante este martes un paro nacional en rechazo a la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei en el Congreso. La medida, que tuvo amplia repercusión a nivel país, apunta a cuestionar los cambios propuestos en materia de contratación, indemnizaciones y derechos laborales.
Sin embargo, en la provincia de Santa Fe la adhesión fue muy baja, según confirmó Matías Avallone, delegado de ATE Nacional en la región. El sindicalista explicó que la escasa participación está vinculada a un clima de “persecución y miedo en los distintos organismos” por parte del Gobierno nacional.
“Dejamos que cada organismo resuelva cómo actuar. Muchos están debilitados después de conflictos anteriores, como PAMI, CONICET o ANSES. Algunos quedaron diezmados y otros prácticamente dejaron de existir”, señaló Avallone.
El panorama gremial se ve agravado por la decisión del Poder Ejecutivo de descontar el día a todos los empleados públicos que adhieran al paro, una medida que generó tensiones y, según los gremios, inhibió la participación en la protesta.
A pesar de la baja adhesión, la actividad en oficinas estatales podría verse afectada. Por eso, en la ciudad de Santa Fe recomendaron a la población que necesite realizar trámites concurrir con anticipación y paciencia, ya que los servicios podrían presentar demoras o funcionamiento reducido.
La jornada de protesta se da en un contexto de fuerte debate por la reforma laboral, una de las iniciativas centrales del paquete económico del Gobierno, y anticipa nuevas tensiones entre la administración nacional y los sindicatos estatales en las semanas previas a las sesiones extraordinarias del Congreso.





