El papa León XIV volvió a alzar la voz ante uno de los conflictos más crudos del continente africano. Al término del Ángelus de este domingo de la “alegría”, el Sumo Pontífice expresó su profunda preocupación por la reanudación de los enfrentamientos armados en el este de la República Democrática del Congo (RDC) y lanzó un firme llamado a respetar los acuerdos de paz y a buscar caminos de diálogo.
Desde la Plaza de San Pedro, el Papa manifestó su cercanía con la población congoleña, golpeada desde hace años por la violencia, y pidió el cese inmediato de toda forma de agresión. “Mientras expreso mi cercanía a la población, exhorto a las partes en conflicto a cesar toda forma de violencia y a buscar un diálogo constructivo, respetando los procesos de paz en curso”, afirmó.
El mensaje papal se conoció en un contexto de fuerte escalada bélica, luego de que se denunciara el incumplimiento del acuerdo firmado el pasado 25 de junio en Washington, con la mediación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por parte de Ruanda. El pacto había sido rubricado por los presidentes de Congo y Ruanda con el objetivo de poner fin a un conflicto que desangra a la región oriental del país africano.
La situación se agravó en las últimas semanas en Uvira, una ciudad estratégica del este congoleño, donde una nueva ofensiva del grupo rebelde M23 dejó un saldo devastador. Según funcionarios regionales, los combates provocaron más de 400 muertos y alrededor de 200.000 personas desplazadas, pese a la vigencia formal del acuerdo de paz.

Desde Washington, la reacción no tardó en llegar. El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, acusó duramente a Ruanda de violar el pacto y advirtió que la administración Trump actuará contra cualquier actor que “perturbe” el proceso de paz en la región.
En ese escenario, el Papa renovó su solidaridad con las víctimas de años de brutalidad y ataques terroristas, y volvió a reclamar una salida pacífica que priorice la vida y la dignidad de los pueblos afectados. Su mensaje se sumó a los llamados internacionales que buscan frenar una crisis humanitaria de enormes proporciones.
Además de referirse al conflicto en África, León XIV amplió su mensaje pastoral hacia Europa. El Pontífice recordó las ceremonias de beatificación celebradas el sábado en España y Francia, y agradeció a Dios por lo que definió como “ejemplos luminosos para la Iglesia”. En España, fueron beatificados el sacerdote Emanuele Izquierdo y 58 compañeros, junto a Antonio Montañés Chiquero y 64 compañeros, asesinados por odio a la fe durante la persecución religiosa entre 1936 y 1938.
En Francia, en tanto, fueron proclamados beatos en la Catedral de Notre Dame de París el sacerdote Raymond Cayré, Gérard-Martin Cendrier, Roger Vallé, Jean Mestre y otros 46 compañeros, asesinados durante la ocupación nazi entre 1944 y 1945. Sobre ellos, el Papa expresó: “¡Alabemos al Señor por estos mártires, valientes testigos del Evangelio, perseguidos y asesinados por permanecer junto a su gente y fieles a la Iglesia!”.
Un mensaje que, entre el dolor por la violencia actual y la memoria de los mártires del pasado, volvió a colocar la paz, el diálogo y la fe en el centro de la escena internacional.





