Hugo Orlando Gatti, conocido como “El Loco”, murió este domingo a los 80 años y con él se va una de las leyendas más singulares del fútbol argentino. Arquero audaz, irreverente y revolucionario, no solo defendió los tres palos con estilo propio sino que además dejó una huella imborrable en cada club donde jugó, incluido Unión de Santa Fe, donde atajó durante 1975 antes de convertirse en ídolo de Boca Juniors.
Nacido en Carlos Tejedor el 19 de agosto de 1944, Gatti debutó como profesional en Atlanta en 1962. Luego pasaría por River Plate, Gimnasia y Esgrima La Plata y Unión, antes de iniciar en 1976 su etapa más gloriosa con la camiseta de Boca, donde ganó múltiples títulos nacionales e internacionales, incluidas dos Copas Libertadores y una Intercontinental.
Su estadía en Unión fue breve pero significativa. Llegó al club tatengue en una etapa de transición en su carrera, y aunque apenas jugó una temporada, su presencia fue un verdadero espectáculo. “El Loco” no pasaba desapercibido, ya fuera por sus atajadas o por su particular personalidad, que comenzaba a consolidar su figura como personaje del fútbol argentino.
Reconocido por ser el creador de “la de Dios” —una temeraria salida de rodillas en los mano a mano—, Gatti fue dueño de dos récords aún vigentes: mayor cantidad de partidos disputados en la Primera División argentina (765) y mayor cantidad de penales atajados (26, compartido con Fillol).
En los últimos años, residía en España, donde se desempeñaba como panelista en programas deportivos. Su salud venía deteriorándose tras un accidente doméstico que derivó en una cirugía de cadera y la posterior complicación por un virus que afectó su sistema respiratorio.
Más allá de los títulos y los récords, Gatti fue un personaje entrañable, capaz de desdramatizar su paso por la vida. Lo demostró incluso tras superar el COVID-19 en 2020, cuando dijo entre risas: “Me han matado en todos lados, pero yerba mala nunca muere”.
“El Loco” se fue, pero su legado seguirá volando bajo los tres palos y en el recuerdo de todos los que alguna vez lo vieron atajar con la camiseta azul y oro, con la albiceleste, o incluso con los colores rojiblancos de Unión de Santa Fe.
