A pocas horas de su fallecimiento, el Vaticano publicó el testamento espiritual del papa Francisco, quien murió a los 88 años a causa de un colapso cardiovascular irreversible y un derrame cerebral. El documento fue redactado por Jorge Bergoglio el 29 de junio de 2022 en su residencia de Santa Marta, en Roma, y refleja su profunda fe y humildad.
“En Nombre de la Santísima Trinidad. Amén”, comienza la misiva. En ella, Francisco expresa que, al sentir cercano “el ocaso de su vida terrena”, quiso dejar por escrito su última voluntad en lo que respecta al lugar de su descanso final.
“Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima”, escribió el pontífice argentino, dejando constancia de su pedido para que sus restos descansen en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, un lugar muy especial para él.
Francisco solía visitar ese santuario mariano antes y después de cada Viaje Apostólico, encomendando allí sus intenciones y agradeciendo a la Virgen su protección. Por eso, solicitó que su tumba se ubique en el nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza.
En cuanto a los detalles del sepulcro, el Papa pidió un féretro sencillo, sin decoraciones, enterrado en la tierra, con una única inscripción: “Franciscus”. Además, indicó que los gastos de su sepultura serían cubiertos con una donación que él mismo dispuso previamente, a través del Arzobispo Rolandas Makrickas.
Francisco también dejó palabras de gratitud y esperanza: “Que el Señor dé una merecida recompensa a quienes me han amado y seguirán rezando por mí. El sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida lo ofrecí al Señor por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos”.
El testamento confirma el legado de humildad y fe que caracterizó al primer papa latinoamericano, ahora inmortalizado en su mensaje final.





