Tras la muerte del papa Francisco este lunes a los 88 años, el Vaticano activó los protocolos correspondientes a la “sede vacante” y selló oficialmente las habitaciones del pontífice, tanto en la Casa Santa Marta —donde residía— como en el Palacio Apostólico, su residencia oficial.
El rito de constatación del fallecimiento se realizó a las 20 horas de Roma y fue presidido por el cardenal Kevin Farrell, actual camarlengo de la Santa Iglesia Romana, quien asume la máxima autoridad interina mientras dure el período sin papa. La ceremonia duró menos de una hora y fue presenciada por familiares cercanos y autoridades del Vaticano, en una despedida íntima y privada.
La capilla de la Casa Santa Marta fue el lugar elegido para llevar adelante el acto litúrgico, en el que se leyó la certificación de defunción y se procedió al depósito del cuerpo en un féretro. La medida de precintar ambas residencias forma parte del protocolo canónico que garantiza la seguridad y preservación de los espacios papales hasta la elección de un nuevo pontífice.
Según establece el derecho canónico, el funeral debe celebrarse entre el cuarto y sexto día posterior al fallecimiento, por lo que se espera que la fecha definitiva sea definida este martes durante la primera congregación general de cardenales.
Con estos pasos, la Santa Sede se encamina hacia el inicio del cónclave en la Capilla Sixtina, donde los cardenales del mundo elegirán al sucesor de Jorge Bergoglio, el primer papa latinoamericano de la historia.





