El padre Tadeo Giza, representante de la Congregación del Verbo Divino en la ciudad de Esperanza, comparte cada domingo un breve y reflexivo mensaje en EME, ofreciendo una visión espiritual desde la Iglesia Católica.
En su mensaje dominical compartió una sentida reflexión inspirada en la liturgia de la Palabra, centrada en la necesidad y el poder de la oración en la vida contemporánea. A partir del pedido de los discípulos —»Señor, enséñanos a orar»—, el sacerdote interpeló a los fieles con una pregunta directa: ¿usted es una persona de oración?
En un mundo que confía cada vez más en la razón, la tecnología y el individualismo, el Padre Tadeo recordó que la oración sigue teniendo pleno sentido, ya que es fuente de transformación interior y social. “¿La oración que hace lo hace más humano, más solidario, más bueno?”, cuestionó con ternura, invitando a examinar la fe con honestidad.
A partir del Evangelio que presenta la enseñanza del Padre Nuestro, subrayó la profundidad de esta oración. “En mis 64 años de vida aprendí muchas oraciones, pero ninguna tan bella y tan completa como el Padre Nuestro”, expresó. Lejos de ser una fórmula vacía, esta plegaria —dijo— es una oración existencial que habla de Dios, del ser humano y del mundo.
“El hombre no es su propio autor; su vida la debe a Dios”, sostuvo. Y agregó que decir “Padre Nuestro” no es un gesto simbólico, sino un compromiso concreto con la fraternidad. “El niño que no come todos los días, el hombre que busca pan en la basura, el desocupado, el drogadicto… todos son mis hermanos”, afirmó. La oración, entonces, se convierte en un llamado a mirar al prójimo con dignidad y compasión.
Asimismo, alentó a pedir por un mundo justo y fraterno, pero también a comprometerse con su construcción: “No se trata solo de pedir, sino de actuar”. En este sentido, destacó la importancia de la última parte de la oración: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”, como una súplica para no claudicar frente a la indiferencia y la desesperanza.
Para quienes dicen no tener tiempo para rezar, el Padre Tadeo respondió con una pregunta crucial: ¿se puede vivir una vida buena, una vida feliz, sin Dios? Y concluyó: “Recemos con frecuencia esta bella oración, y al pronunciar las palabras no olvidemos nunca: Dios es nuestro Padre y nosotros, sus hijos y hermanos de los demás”.
Escucha la reflexión del Padre Tadeo:
Los Misioneros del Verbo Divino
La Congregación de los Misioneros del Verbo Divino, conocida como verbitas, fue fundada el 8 de septiembre de 1875 por Arnoldo Janssen en Steyl, Holanda, con la misión de formar y enviar misioneros Ad Gentes, respondiendo al mandato evangélico de «Vayan y anuncien y que todos se hagan mis discípulos» (Mt. 28,16).
Actualmente, la congregación cuenta con más de 6000 misioneros que operan en 80 países de los cinco continentes. En Argentina, los Verbo Divino están presentes desde 1889 y desempeñan su labor misionera en tres regiones: Este (Misiones y Chaco), Sur (Buenos Aires, Mendoza, Neuquén, Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba) y Norte (Jujuy).
