La disolución de la Secretaría de Industria y la Secretaría de Industria Pymes ha generado una fuerte preocupación en los sectores industriales de todo el país, especialmente en provincias como Santa Fe, donde las pequeñas y medianas empresas (Pymes) son un pilar económico fundamental. Javier Martín, presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (FISFE), expresó su alarma por la falta de interlocutores directos y la incertidumbre que crea esta decisión en un sector que enfrenta ya serias dificultades.
Según Martín, la industria es uno de los principales motores para la creación de empleo en Argentina, y el cierre de estas secretarías podría profundizar la crisis que atraviesa el sector. “Más del 90% de las empresas en Argentina son pymes. Son mano de obra intensiva, y generan empleos en todos los rincones del país, incluso en los pueblos más pequeños”, explicó el dirigente, destacando que la industria no solo genera trabajo directo, sino que también promueve actividades conexas como servicios y mantenimiento.
Para el líder industrial, la desaparición de estos organismos clave representa una pérdida de previsibilidad para los empresarios que necesitan apoyo para poder crecer y superar los obstáculos diarios. “El sector pyme necesita interlocutores que comprendan su realidad y que trabajen junto a otras instituciones del Estado para generar políticas y resolver problemas urgentes”, agregó Martín.
El presidente de la FISFE también cuestionó la postura del gobierno, mencionando que la eliminación de estas secretarías parece enmarcarse en una filosofía de «dejar hacer al mercado», una idea promovida por el presidente Javier Milei, quien en un reciente discurso afirmó que «la mejor política industrial es no tener política industrial». Martín refutó esta afirmación, alertando que sin un control y regulación adecuados, las grandes empresas terminarán imponiendo las condiciones sobre las pequeñas, dejándolas en desventaja.
El dirigente también mencionó que las Pymes necesitan ayuda para acceder a mercados internacionales y mejorar su competitividad, aspectos que históricamente fueron promovidos por las secretarías disueltas. “Sin un organismo que impulse políticas activas y controle el mercado, el futuro de las Pymes se vuelve incierto”, concluyó.
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