La Justicia continúa investigando la ola de muertes vinculadas al uso de fentanilo contaminado en el país. Hasta este martes se confirmaron más de 90 fallecimientos, de los cuales 55 corresponden a la provincia de Santa Fe, mientras se indaga si existen casos no registrados.
La semana pasada se determinó que se administraron 33.731 ampollas del medicamento contaminado a pacientes internados. Además, una fiscalía investiga la actuación de la ANMAT, revisando cinco años de control sobre los laboratorios involucrados, y ordenó una pericia por un supuesto desvío de drogas al narcotráfico.
Entre las nuevas víctimas se contabilizan tres del Hospital Interdistrital «Evita» de Formosa, un caso en la Clínica Vélez Sarsfield de Córdoba, siete del Instituto del Diagnóstico en Santa Fe y nueve en el Hospital Regional Español de Bahía Blanca, aunque este último grupo aún requiere confirmación del tipo de bacteria que afectó a los pacientes.
En diálogo con EME, Aranza Martínez, médica especialista en toxicología e integrante del Servicio de Neurotoxicología del Hospital Cullen, explicó el contexto médico: «El fentanilo es una sustancia que pertenece al grupo de opioides. Puntualmente se utiliza como analgésico. Es muy potente y tiene una acción analgésica. Por estas características determina su uso y su alto valor terapéutico».
La doctora detalló que se emplea sobre todo en unidades de cuidados intensivos, en dolor crónico y en procedimientos quirúrgicos: «Los casos que se estuvieron dando en nuestro país, que determinaron el fallecimiento de muchos pacientes, según las investigaciones, correspondían a que las sustancias habrían sido expuestas en su proceso de producción y se habrían contaminado con gérmenes. Esto generó infecciones generalizadas en los pacientes que recibieron este fármaco».
A su vez, la especialista agregó que, tras la aparición de los casos, se inició una investigación y alerta nacional: «Se sacó de circulación el lote que estaba en investigación y se inició otra investigación en la industria farmacéutica, para advertir a todas las instituciones y garantizar la seguridad de los pacientes utilizando otros fármacos o esta misma sustancia proveniente de otro laboratorio».
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Aranza Martínez resaltó además los riesgos de los opioides como sustancias terapéuticas y de abuso: «En este caso, el fentanilo se vio involucrado en casos de la práctica médica correcta, pero los opioides tienen un alto poder adictivo y se emplean a veces como sustancias de abuso».
«Cabe destacar que en esta oportunidad se vio afectada la población ante la contaminación de una sustancia que se utiliza con fines terapéuticos. Debería haber un control en su uso terapéutico en este caso tan puntual. Es muy grave esta situación», agregó.
El alerta generada por este lote contaminado mantiene a las autoridades sanitarias en máxima vigilancia y profundiza la investigación judicial sobre el origen del fentanilo contaminado y sus consecuencias mortales.






