Más de medio millón de personas en Gaza se encuentran atrapadas en una crisis de hambruna devastadora, caracterizada por inanición, desnutrición extrema y muertes evitables. La última evaluación publicada hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), confirma la gravedad de la situación.
El informe revela que la hambruna no solo afecta a Gaza, sino que también se está extendiendo hacia el sur, llegando a las ciudades de Deir al-Balah y Khan Younis. Para finales de septiembre, más de 640,000 personas se enfrentarán a una inseguridad alimentaria catastrófica, con 1.14 millones adicionales en niveles de emergencia y cerca de 400,000 personas en condiciones de crisis alimentaria.
Este informe marca un hito alarmante: la hambruna en Gaza es la primera declarada oficialmente en el Medio Oriente desde que se estableció la Clasificación Integrada de Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), un indicador clave del estado de la seguridad alimentaria global. La privación extrema de alimentos, la desnutrición aguda y las muertes relacionadas con el hambre han alcanzado umbrales nunca antes vistos, lo que pone en evidencia la magnitud de la catástrofe.
Las agencias de la ONU alertan que la intensificación de las operaciones militares y las restricciones al acceso humanitario podrían agravar aún más la crisis. Esto pone en riesgo a niños, ancianos y personas con discapacidad, quienes se encuentran en una situación extremadamente vulnerable.
El informe destaca que la desnutrición infantil aguda ha alcanzado niveles récord. Solo en julio, más de 12,000 niños fueron identificados con desnutrición aguda, un aumento seis veces mayor que en enero de este año. Se estima que, para mediados de 2026, 43,400 niños y 55,000 mujeres embarazadas o lactantes podrían enfrentar una desnutrición potencialmente mortal.





