El debate sobre la modificación del huso horario en Argentina volvió a la agenda legislativa. Con 151 votos a favor, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que propone retrasar una hora los relojes en todo el país, bajo el argumento de reducir el consumo energético. Ahora, la iniciativa deberá ser tratada en el Senado.
Sin embargo, el ingeniero José Stella, profesor de Políticas Energéticas de la UTN Regional Santa Fe, puso en duda la efectividad de la medida. El especialista afirmó en EME que “no hay evidencia que demuestre un ahorro eléctrico real con el cambio del huso horario” y recordó que los estudios realizados en el país arrojaron resultados opuestos a los esperados.
Según explicó, “en los últimos análisis entre 2008 y 2009, no se verificó un ahorro significativo y, por el contrario, hubo un incremento marginal del 0,5% en el consumo”. De esta manera, consideró que la medida se apoya en estudios aislados que no reflejan la realidad del comportamiento energético argentino.
Stella también advirtió que modificar el horario implica una serie de ajustes técnicos y administrativos en celulares, computadoras, software y medidores de energía, sin beneficios tangibles para los usuarios. En esa línea, planteó que la clave no está en mover los relojes, sino en mejorar la eficiencia energética en los hogares: “Las soluciones pasan por viviendas mejor aisladas, calefones sin piloto, termostatos regulados y un uso racional de aires acondicionados y estufas”.
Además, recordó que el país atravesó distintos cambios de horario a lo largo de su historia, aunque la mayoría de las veces permaneció en el GMT-3, pese a que geográficamente correspondería el GMT-4. “Se han realizado ajustes entre menos tres y menos cuatro en distintos momentos, pero los inconvenientes logísticos siempre pesaron más que los supuestos beneficios”, concluyó.






