En los últimos doce meses, 16.000 kioscos cerraron sus puertas en todo el país, lo que redujo la cantidad de locales activos a menos de 100.000 por primera vez en décadas. Según especialistas del sector, la caída es consecuencia de la recesión económica, el incremento de precios y la competencia de otros canales de venta.
Al respecto, Ernesto Acuña, vicepresidente de la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), explicó que la disminución de las ventas es la principal causa del cierre de los comercios. “Venimos de una caída abrupta de razones sociales de los locales. Muchos colegas terminan vendiendo sus insumos, mercaderías y muebles y cerrando sus kioscos”, señaló en EME.
El dirigente también destacó que la apertura de cadenas de kioscos y la venta de productos exclusivos de los kioscos en otros comercios agravan la situación. “Productos que antes se encontraban solo en un kiosco, hoy los ves en farmacias, supermercados chinos o verdulerías con heladeras que venden bebidas”, indicó.
Los datos de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) muestran que el número de kioscos activos descendió de 112.000 a 96.000 en apenas un año. La presión de los costos fijos, la dificultad para mantener el stock y la variación de precios según la ubicación afectan directamente la rentabilidad. “Un alfajor triple promedio está en 1.500 pesos, pero en algunos lugares, por alquileres más caros o por el costo de empleados, los precios se incrementan”, afirmó Acuña.
La baja de ventas también se refleja en los números del sector. Según el vicepresidente de UKRA, en los últimos dos años el nivel de ventas se redujo un 40%, con caídas de entre 30% y 35% en bebidas durante el último verano, uno de los períodos más importantes para los kioscos. “Se vende menos, mucho menos. No hay plata. La gente se pasa a segundas marcas y compra cigarrillos más baratos”, explicó.
Los datos de consultoras privadas confirman la tendencia. Según Scentia, en junio el consumo de bebidas con alcohol en kioscos cayó un 18,1% interanual, mientras que las bebidas sin alcohol retrocedieron un 4,9%. En productos de desayuno y merienda, la baja fue del 2,5%, aunque se registró un repunte en ventas impulsivas, como golosinas, que crecieron 15,7%.






