El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundió este jueves los índices de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de 2025. A nivel nacional, la pobreza alcanzó al 31,6% de la población, un descenso significativo en relación al 38,1% del período anterior. La indigencia se ubicó en el 6,9%.
En el Gran Santa Fe, sin embargo, la situación sigue por encima de la media nacional: el 35,8% de la población —unas 198.310 personas— está bajo la línea de pobreza, y el 6,3% —unas 34.922 personas— se encuentra en la indigencia. El 26,5% de los hogares de la región también se ven afectados.
Pese a la persistencia de cifras preocupantes, los datos reflejan una notable mejora interanual: en junio de 2024 la pobreza llegaba al 59,8% y la indigencia al 16,4%, por lo que la caída fue superior a 24 y 10 puntos porcentuales respectivamente.
En el Gran Rosario el 28,1% de la población vive bajo la línea de pobreza, cifra inferior al promedio nacional, aunque sigue siendo alta para los sectores más vulnerables.
Desde el Movimiento Territorial de Liberación (MTL), Rubén Sala advirtió que los números oficiales “no reflejan la realidad cotidiana”. En diálogo con el móvil de EME, señaló: “Está bien que el gobierno festeje la baja, pero se compara con uno de los peores momentos del año pasado. Los datos son ciertos, pero no alcanzan para describir lo que se vive en la calle. Hay un 35% de trabajadores por debajo de la línea de pobreza, incluso con empleo formal, y los sectores más postergados quedan totalmente desprotegidos”.
Sala agregó: “La pobreza no es solo una cuestión de dinero: afecta la salud, la alimentación y la educación. Hay enfermedades curables que siguen matando a los sectores más postergados porque no tienen acceso a lo básico. Los números oficiales no muestran esto”.
“A los sectores medios les llega algo de alivio con estas mejoras interanuales, pero los barrios populares no sienten cambios. El impacto económico es de arriba hacia abajo, y eso profundiza la desigualdad estructural”, indicó.
“Si no se toman medidas urgentes para proteger a quienes no tienen ingresos suficientes, vamos a seguir viendo hambre y exclusión en pleno siglo XXI. Esto no es un dato estadístico, es la realidad de nuestras familias y vecinos”, expresó.
Sala insistió en la necesidad de políticas públicas que lleguen a los más vulnerables: “Se puede discutir la metodología del Indec, pero la evidencia es clara: hay millones de argentinos que siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema. Necesitamos respuestas concretas, programas de empleo, acceso a salud y educación, y recuperación de la red social básica”.






