El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, se refirió al reciente triple crimen de tres jóvenes en el Área Metropolitana de Buenos Aires, con indicios de sello narco, y advirtió que hechos de esa magnitud deben generar preocupación. «Cuando la violencia se instala en un territorio determinado, es muy difícil correrla o erradicarla. Se retroalimenta permanentemente», señaló en diálogo con Clarín.
A su vez, Pullaro explicó que para abordar el problema es fundamental diferenciar entre narcotráfico, microtráfico y narcomenudeo. «Hay que decodificarlo rápidamente para poder atacar el problema. Y sí, claramente hay que preocuparse cuando tenemos este tipo de hechos con esa violencia», subrayó.
El exfuncionario recordó la experiencia de Rosario, donde a principios de siglo los homicidios eran de entre 110 y 130 por año, pero crecieron exponencialmente hasta alcanzar 290 en 2022 y 2023. Según Pullaro, la combinación de impunidad, una justicia federal que no actuaba y la falta de esclarecimiento de los crímenes alimentó un círculo de violencia difícil de quebrar.
En cuanto a la actualidad de Rosario, destacó que las organizaciones criminales siguen activas, pero la violencia bajó de manera considerable: «El año pasado pasamos de 290 homicidios a 90. Fue una política satisfactoria, pero sin bajar los brazos ni un minuto. Si te relajás, aunque sea una semana, los niveles de violencia vuelven», advirtió.
Pullaro también se refirió a la construcción de la nueva cárcel de máxima seguridad de Santa Fe, conocida como «El Infierno», inspirada en el modelo de Nayib Bukele en El Salvador. «Va a ser mucho más segura que cualquier cárcel que hayamos visto en Latinoamérica. Los presos estarán completamente aislados y controlados tecnológicamente. Solo podrán comunicarse con personas autorizadas, como abogados o familiares bajo estrictos controles», detalló. La cárcel tendrá capacidad para 150 detenidos y estará lista en el tercer trimestre del próximo año.





