Un nuevo panorama digital se dibuja en Latinoamérica y España: el 54% de los consumidores ya no desea compartir sus datos personales con las marcas, según el informe “La visión del marketing en 2025” elaborado por HubSpot. Esta tendencia, denominada “marketing ciego”, refleja un profundo cambio en la relación entre empresas y usuarios, impulsado por la preocupación por la privacidad, los ciberataques y el uso opaco de la información.
El estudio revela que los ataques de suplantación de identidad a servicios digitales confiables se han multiplicado, siendo Microsoft la marca más afectada, involucrada en el 40% de los intentos de phishing a nivel mundial. Google (9%) y Apple (6%) ocupan los siguientes lugares, mostrando que incluso las plataformas más consolidadas no están exentas de riesgos.
La desconfianza de los consumidores se combina con la saturación de información y la sensación de vigilancia constante generada por cookies, anuncios personalizados y rastreo de comportamiento. Según Germán Torres, director de Commerce de Snoop Consulting, “la proliferación de brechas de seguridad y filtraciones de datos elevó el temor a la exposición y fomentó el deseo de anonimato. Los consumidores son ahora más cautelosos y selectivos al compartir su información”.
Este escenario afecta directamente a las estrategias de marketing. El 36% de las empresas no logra comprender los intereses reales de sus clientes, y un 34% admite enfrentar una “crisis de visibilidad de datos”, lo que obliga a diseñar campañas basadas en suposiciones y métricas fragmentadas. Como consecuencia, los costos de adquisición se elevan y el retorno de inversión se vuelve más difícil de medir.
Para adaptarse a este entorno, las marcas están recurriendo a tecnologías como la inteligencia artificial, que permite analizar patrones sin acceder a datos sensibles, y blockchain, que garantiza trazabilidad y seguridad en el manejo de la información. Asimismo, las plataformas de consentimiento digital buscan reconstruir la confianza con los usuarios, marcando el inicio de una nueva era del marketing basada en el respeto y la transparencia.
En definitiva, la relación entre marcas y consumidores entra en un punto de inflexión: la información se vuelve más valiosa que nunca, pero entregarla requiere garantías de privacidad y seguridad. La pregunta ahora es cómo las empresas lograrán mantener efectivas sus estrategias sin traspasar los límites del respeto al usuario.





