La participación electoral en las elecciones legislativas nacionales del próximo domingo 26 de octubre podría alcanzar uno de los niveles más bajos desde 1983. Según un relevamiento del Observatorio de Calidad Institucional (OCI) de la Universidad Austral, se prevé que apenas dos de cada tres votantes concurran a las urnas, lo que implicaría un 35% de abstención, la cifra más alta en cuatro décadas de democracia.
El informe, elaborado por el especialista Marcelo Bermolén, analizó diez elecciones provinciales desdobladas durante 2025, que registraron en promedio un 59,37% de participación. En distritos como Chaco, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires, la asistencia a las urnas fue aún menor: solo uno de cada dos electores habilitados emitió su voto.
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En la provincia de Santa Fe, los niveles de participación ya vienen mostrando una marcada caída. En las Primarias de abril votó apenas el 55% del padrón, mientras que en las elecciones provinciales de junio lo hizo el 52%. En Rosario, los valores fueron todavía más bajos: 53,6% en abril y 49% en los comicios de concejales. Estas cifras representan una caída de más de 24 puntos porcentuales respecto a 2015, cuando la asistencia alcanzó el 72,9%.
El estudio también resalta la llamada “regla del castigo” a los oficialismos en las elecciones de medio término, que suele reflejar un voto de desaprobación hacia los gobiernos de turno. “Las elecciones de medio término funcionan como un plebiscito del rumbo de un gobierno. La clave estará en saber si el oficialismo logra amortiguar el castigo o convertirlo en una ratificación”, señala Bermolén.
Los especialistas advierten que, en este escenario, una participación superior al 60% en Santa Fe y Rosario sería un dato alentador, mientras que cifras menores confirmarían la tendencia de desapego político que atraviesa a gran parte del electorado argentino en los últimos años.





