La ciudad de Río de Janeiro amaneció este martes bajo fuego cruzado. En lo que las autoridades calificaron como “la mayor operación contra el narcotráfico de su historia”, al menos 64 personas murieron y 81 fueron detenidas durante un intenso enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y miembros del Comando Vermelho (CV), la organización criminal más poderosa de la región.
El megaoperativo, desarrollado en las zonas de Alemão y Penha, en el norte de la ciudad, movilizó a 2.500 uniformados que tenían la orden de arrestar a 100 sospechosos y frenar la expansión territorial del grupo delictivo. Desde las primeras horas de la madrugada, las barricadas, los tiroteos y los incendios de vehículos convirtieron a Río en un verdadero escenario de guerra.
Según informó el portal G1 y la agencia EFE, entre las víctimas fatales figuran también agentes policiales, en un contexto donde los enfrentamientos entre fuerzas del orden y bandas armadas son moneda corriente en las favelas de la ciudad turística más visitada de Brasil.
En diálogo con Cadena 3, Juan José Zengaro, un cordobés que vive en Río, describió una jornada caótica y llena de incertidumbre.
“Estamos en una región donde hay comunidades y ahora se habla de posibles represalias. El Comando Vermelho está en toda la ciudad y nadie sabe hasta dónde puede llegar esto”, relató.
Zengaro, que reside en Barra da Lagoa, una zona más aislada, aseguró que la tensión se siente incluso a la distancia:
“Nos llegaron avisos por WhatsApp con una alerta amarilla que recomienda quedarse en casa. Se ven muchos helicópteros y no hay transporte público, lo que hace imposible volver a casa”.
El testigo también expuso una realidad estructural que va más allá del operativo: “Los narcos controlan todo lo que pasa en las favelas. Funcionan como un Estado paralelo: cobran por la seguridad, por internet, por el agua. Todo el mundo sabe que es así, pero nadie sabe cuándo puede tocarle a uno”.
Videos que circularon en redes sociales muestran tiroteos, humo y calles desiertas. “Son escenas de guerra”, definió Zengaro. “Una parte de la ciudad vive en guerra y la otra como si nada pasara”, resumió, en una frase que refleja la dualidad y el miedo que hoy atraviesa a Río de Janeiro.





