La cifra de muertos tras el operativo policial más letal en la historia de Río de Janeiro ya supera los 120, luego de que vecinos del complejo de favelas Penha encontraran más de 50 cadáveres un día después del despliegue.
El gobierno estatal había informado inicialmente 64 víctimas fatales, entre ellas cuatro policías, además de 81 detenidos. Los cuerpos hallados por los residentes fueron trasladados por familiares y vecinos a la plaza São Lucas, en un intento desesperado por identificar a sus seres queridos. Estos fallecimientos no habían sido incluidos en el balance oficial, según explicó el coronel Marcelo de Menezes Nogueira, secretario del primer ministro.
Indignados, los pobladores calificaron la intervención como una “masacre”, gritando “¡asesinos, asesinos!” ante la prensa internacional que llegó al lugar.
El operativo, que contó con 2.500 efectivos, tenía como objetivo frenar la expansión del Comando Vermelho, la segunda organización criminal más poderosa de Brasil, dedicada al tráfico de drogas y armas. Los miembros del grupo respondieron con intensos tiroteos y el uso de granadas lanzadas desde drones.
El Comando Vermelho, nacido en 1979 en una cárcel de Río, se ha expandido por todo el país y mantiene una violenta rivalidad con el Primer Comando de la Capital (PCC), con base en São Paulo.
En diálogo con EME, el analista político argentino en Brasil Carlos Turdera describió la situación como “una escena de horror”: “Fueron recogidos por los vecinos de las favelas afectadas. Hay al menos 80 cuerpos sin identificar. Esto pone el acento en cómo se planificó la operación y a quiénes se apuntó”.
Turdera agregó que los organismos de derechos humanos reclaman respuestas urgentes y advirtió que el hecho “ya se convirtió en el centro de la crisis política que atraviesa Brasil en torno a la seguridad”.
El operativo coincidió con la inminente realización de eventos internacionales en Río de Janeiro, como la COP30, la cumbre C40 de alcaldes y el Premio Earthshot, instancias que, históricamente, han sido precedidas por fuertes despliegues policiales en la ciudad.






