El alfajor argentino sigue dejando huella más allá de las fronteras: el prestigioso sitio especializado en gastronomía Taste Atlas lo ubicó en el tercer lugar del ranking global de galletas, detrás del melomakarona de Grecia y del makroud el louse de Argelia. El reconocimiento destaca su equilibrio de sabores, su textura inconfundible y su fuerte identidad cultural.
Definido como dos galletas redondas y tiernas rellenas de dulce de leche o mermelada, cubiertas de chocolate o azúcar glas, el alfajor argentino se consolidó como un ícono de la repostería mundial. Marcas como La Olla de Cobre, La Goulue y Señor Alfajor lideran los rankings internacionales, reflejando la diversidad y evolución de este clásico, que hoy se encuentra en versiones de chocolate, vainilla, frutas, mousse y combinaciones especiales.
Aunque sus raíces se remontan a Andalucía, España, en América Latina el alfajor adquirió una identidad propia, convirtiéndose en un símbolo cultural de Argentina. El término “alfajor” deriva del árabe al-hasú, asociado a la idea de relleno.
En contraste con los primeros puestos del ranking, que incluyen postres sin dulce de leche como el melomakarona y el makroud, el alfajor argentino resalta por su relleno cremoso de dulce de leche, un ingrediente emblemático de la gastronomía local y presente en tortas, panqueques, helados y waffles.
Argentina también cuenta con la fábrica de dulce de leche más grande del mundo, Vacalín, líder de la industria láctea con más de 50 años de trayectoria. Recientemente inauguró su nueva tienda “Vacalín Como en Casa” en Recoleta, ofreciendo productos que reflejan tradición y calidad. La empresa produce aproximadamente el 30% del dulce de leche consumido en el país y más de 38.000 toneladas anuales, desarrollando 45 fórmulas exclusivas adaptadas a distintos usos, incluidas 15 para los principales fabricantes de alfajores.
Además del dulce de leche, Vacalín elabora quesos y helados premium, con líneas de productos variadas y certificaciones como Kosher y opciones libres de gluten, consolidándose como referente de la industria alimentaria argentina a nivel internacional.
El reconocimiento global al alfajor argentino no solo celebra su sabor y textura, sino también el valor cultural que ha adquirido, llevando un pedacito de Argentina al mundo a través del dulce de leche.





