La vuelta del tupper, el elegido de los millennials para no gastar en la oficina

Porque es mas barato, puede ser más sano e incluso más práctico: sobran las razones para llevar el almuerzo preparado desde casa a la oficina. El #orgullotupper se instala lenta, pero decididamente en los mediodías laborales. Mientras que antes había una hora de salida para el restaurante de la esquina, un combo de comida rápida o una tarta de la rotisería de la cuadra se cambia por una comida hecha en la cocina propia.

Cuánto se ahorra depende de gustos, disponibilidad y la cantidad de hambre y la profundidad del bolsillo… Sin embargo, vale la pena hacer groseras cuentas para saber cuánto está en juego al optar por un mediodía de menú ejecutivo, un pedido de delivery o la vianda previamente cargada.

“El tupper estaba muy presente en la década del ochenta, y si bien nunca se fue del todo se lo veía menos”, explicó Guillermo Olivetto, especialista en tendencias de consumo y director de la consultora W, y un referente en el sector.

“El consumidor argentino desde 2016 tuvo que empezar a pagar por lo que antes era prácticamente gratis, me refiero a las tarifas, y se puso en ‘modo austero’. El almuerzo está dentro de los gastos ajustables. En el micro o macrocentro porteño es difícil comer por menos de $150 por día y en comida para llevar hay un umbral que como mínimo llega a $100 por día”, añadió el especialista. Multiplicado por los días hábiles del mes, el resultado es, como mínimo, $2200 mensuales.

Pero quienes lo hacen y por qué se dio el cambio, para el consultor responde a la situación actual: “Hay un regreso del tupper sobre todo en los más jóvenes y de puestos iniciales e intermedios en las empresas, aquellos que tienen que optimizar al máximo su poder adquisitivo. Volvió la palabra ‘ahorro’ al vocabulario y no solo por necesidad: hay deseos que antes no podían materializarse, como el crédito hipotecario o personal. Durante muchos años no se podían comprar dólares, ni acceder a créditos, y la inflación se comía lo que se guardaba. Hoy hay una cultura de prosperidad a través del esfuerzo que está presente en la óptica argentina; está bien visto ahorrar, ya sea para pagar la luz o las vacaciones”, sumó Olivetto.