8 fórmulas para ser un poco más felices

¿Estrés? ¿Días lluviosos? ¿Ganas de quedarte en la cama? Levantate con una sonrisa con estos consejos expertos para mejorar el humor.

Tomar sol
Todos pasamos por esta experiencia: bajo el sol, nos sentimos mucho mejor. La luz natural es un vector de energía increíble que el cuerpo captura para expandirse y sintetizar la vitamina D.

¿Por qué nos pone de buen humor? La luz es reguladora del metabolismo y estimula la fabricación de neurotransmisores como la serotonina, responsable de nuestra sensación de bienestar.

¿Cómo aprovecharla? Saliendo en mangas cortas todos los días (de diez a quince minutos, a la mañana o al mediodía) o bien programando un paseo semanal (de dos a tres horas) para recargar las baterías de rayos UV.

Estirarse como un gato
Los maestros de yoga se inspiraron en este felino para nombrar la postura marjasana, que imita la actitud del gato después de un rato de inactividad. “Es un modelo de sabiduría para nosotros, que vivimos con estrés”, explica Véronique Aïache, autora de “El arte de la quietud. Los gatos que nos tranquilizan”.

¿Por qué nos pone de buen humor? “Estirarse favorece la circulación de energía. Reiniciamos el cuerpo para entrar en acción”. ¿Cómo lograrlo? En cuatro apoyos, con las piernas ligeramente separadas, brazos extendidos y espalda paralela al piso, estirar los dedos de los pies, inspirar curvando la espalda y después expirar volviendo a la posición inicial. Repetir unas quince veces. Después, con el cuello alineado a la columna, levantar la cabeza hacia el cielo abrir la espalda inspirando lenta y profundamente por la nariz; luego expirar por la boca bajando la cabeza y los brazos. Repetir esta secuencia cinco veces antes de empezar una nueva serie de respiraciones más rápidas. Terminar sentada sobre los talones, los brazos extendidos al suelo lo más lejos posible del cuerpo y permanecer en la postura 30 segundos.

¿Cuándo hacerlo? A la mañana o en cualquier momento en que te sientas estancada después de muchas horas de estar inmóvil frente a la computadora.

Salir a caminar
Caminar al aire libre, preferentemente por un lugar verde, nos reposiciona en nuestra ecología interior y nos permite expandirnos.

¿Por qué nos pone de buen humor? Reconectar nuestro cuerpo con el espacio y entrar en contacto con lo que nos rodea nos ayuda a sentirnos mejor. La mente se va abriendo con los pasos, dejamos de lado los pensamientos obsesivos y observamos lo que nos sucede con un poco más de distancia.

¿Cómo empezar? Prestando atención a los movimientos, al peso del cuerpo, a las sensaciones que tenemos (el viento sobre la piel, el sonido de las hojas de los árboles), y a la respiración. En la ciudad en general sufrimos de apneas. En medio del verde hay tiempo para observar: ¿cuántos pasos lentos puedo hacer con una inspiración o una expiración profunda? ¿Puedo hacer un poco más? ¿Puedo bloquear la respiración unos segundos?

¿Cuándo hacerlo? Idealmente, una vez por semana.

Organizar el día
Salir de la cama un rato antes que el resto de la familia para aprovechar de la soledad y la tranquilidad y dejar fluir los pensamientos es una buena idea para asentar los objetivos de la jornada.

¿Por qué nos pone de buen humor? El día está más organizado y le robamos un rato para nosotras solas.

¿Cómo lograrlo? Levantarse y tomar un vaso de agua caliente con jengibre y una pizca de pimienta, fórmula purificarte que ayuda a sentirnos más ligeras. Después, se establece el objetivo del día (“Hoy me gustaría tener más paciencia con mis hijos”, por ejemplo), y visualizamos precisamente la manera en que vamos a lograrlo sin omitir detalles. También podemos agregar algunos minutos de deporte (yoga, danza o caminata) y volver a nuestro centro leyendo una página de un libro o escribiendo una entrada de nuestro diario personal.

¿Cuándo hacerlo? Todas las mañanas, al menos por 10 minutos, idealmente durante 40.

Motivarse para levantarse
Los habitantes de Okinawa, en Japón, no sólo viven más tiempo sino que su aptitud para la felicidad sobrepasa en mucho a la nuestra. ¿Su secreto? Saben reconocer su punto de equilibrio o ikigaï, o la razón por la que quieren levantarse de la cama todos los días si tenemos que traducir la expresión.

¿Por qué nos pone de buen humor? Es muy liberador reconocer lo que sabemos que amamos y nos encanta hacer, lo que nos da sentido y nos satisface al mismo tiempo.

¿Cómo lograrlo? Al despertarnos, nos preguntamos qué necesitamos y de quién nos queremos ocupar ese día. ¿De nosotros mismos? ¿De un ser querido? Regalarse esta atención es el primer paso para acceder a una mejor razón para levantarnos a la mañana. Esto nos permite crear un espacio para que suceda lo que queremos que suceda.

¿Cuándo hacerlo? Todos los días, porque el punto de equilibrio cambia constantemente.

Comer como Gwyneth
“Vanidad, salud, llámenlo como quieran, pero yo sé que hay una fuerte correlación entre cómo me siento y la cara que tengo al levantarme a la mañana”, reconoce Gwyneth Paltrow en su último libro, “Goop Clean Beauty”.

¿Por qué nos pone de buen humor? Al aligerar la digestión, nos olvidamos de la sensación de hinchazón y recuperamos la energía rápidamente.

¿Cómo lograrlo? Durante diez días, eliminamos de la alimentación todo lo que pueda irritar los intestinos: alcohol, café, lácteos, huevos, carnes rojas, frutos de mar, pescados crudos, gluten, soja, papas, tomates, berenjenas, pimientos, frutillas, pasas de uva, bananas, arroz blanco, maíz, azúcar blanca, maní, manteca y margarina. Así le ofrecemos una página en blanco a nuestro cuerpo, una pausa regenerativa después de la cual podemos incluir los alimentos de la lista.

¿Cuándo hacerlo? Cada cambio de temporada, para ponerse a punto.

Estar linda sin gastar demasiado
Zoé Armbruster, autora de “Healthy&Beautiful”, vive en California hace mucho tiempo. Allí aprendió un montón de ideas simples y útiles como cuidarse la piel en diez minutos diarios con los ingredientes que tenemos a mano.

¿Por qué nos pone de buen humor? Es muy estimulante saber que podemos minimizar los gastos y volvernos un poco más ecológicas. Además, hacer cosas con nuestras manos provee placer, nos sentimos más creativas.

¿Cómo lograrlo? Probar con una de sus recetas preferidas para borrar los signos del cansancio de la cara: “Mezclá una cuchara de sopa de yogur con una pizca de cúrcuma, despeñes aplicala sobre el rostro y dejala durante 5 minutos. Esta mascarilla tiene virtudes antiinflamatorias y anti bacterianas, y deja la piel iluminada”.

¿Cuándo hacerlo? A la mañana o a última hora del día, cuando estamos cansadas pero con ganas de meter las manos en la masa.

Comer sano solo por diversión
El credo de Rebecca Leffler, autora de “Green Glam Attitude” es “Sos lo que comés”. Para estar bien, hay que comer bien. Pero hay una excepción: “La paradoja de la comida sana es que nos estresa, nos parece complicada de cocinar y aburrida de comer. No es ninguna de esas cosas. Podemos sentirnos bien y también divertirnos comiendo así”.

¿Por qué nos pone de buen humor? “Cuando estamos bien alimentados, el cuerpo se relaja y el cerebro se expande”.

¿Cómo lograrlo? Adaptando recetas “good mood” como esta mousse de chocolate: mezclá la pulpa de una palta madura (rica en grasa buena para el cerebro y en fibras que ayudan a la digestión) con dos o tres cucharadas de cacao en polvo (el contenido de magnesio es milagroso para calmar la mente y recuperar energía) y dos dátiles sin piel para endulzarla. Agregar una pizca de sal, una de canela (es antiinflamatoria) y una cucharada de café más 100 ml de leche vegetal para darle consistencia.

¿Cuándo hacerlo? Cada vez que tengamos ganas de comer algo rico que no nos caiga mal.