Niños hambrientos, sedientos y sucios

La policía del estado estadounidense de Nuevo México rescató a 11 niños malnutridos que estaban en condiciones deplorables en un campamento en el desierto remoto. Dijeron que los niños de uno a 15 años estaban vestidos con andrajos y parecían “refugiados del Tercer Mundo”. Se encontraron cinco adultos en la escena, incluyendo dos hombres fuertemente armados.

La policía registró el lugar después de recibir un mensaje que decía “Estamos muertos de hambre y necesitamos alimentos y agua”. El domingo, el comisario del condado de Taos, Jerry Hogrefe, emitió una orden de arresto de los adultos. Los dos hombres armados, identificados como Siraj Whhaj y Lucas Morton, fueron detenidos en el lugar y acusados de varios delitos de abuso de niños.

Whhaj era buscado por sospechas del secuestro de su hijo de tres años, pero el niño no se encontraba entre el grupo que estaba en el campamento, según informaron los medios estadounidenses. Fue la búsqueda de ese niño lo que condujo a los arrestos.

Tres mujeres, que se cree que eran las madres de los niños, fueron “arrestadas sin incidentes”, y llevadas al Centro de Detención de Adultos de Taos, y luego liberadas, según informó la oficina del comisario. La policía no explicó qué conexión tienen entre sí las mujeres, Jany Leveille de 35 años, Hujrah Wahhaj de 38 y Bushannah Wahhaj de 35. No queda claro cómo el grupo terminó en el campamento en Amalia, cerca de la frontera del estado con Colorado, que no tenía luz ni agua potable.

El comisario Hogrefe le dijo a ABC News que los niños estaban hambrientos, sedientos y sucios. “He sido un policía durante 30 años. Nunca vi algo como esto. Es increíble”, dijo. Estaban muy flacos se les veían los huesos, sin ninguna higiene y asustados”. No se encontró agua fresca en el lugar y el único alimento eran unas pocas papas y una caja de arroz, dijo el policía.

La policía dijo que los niños estaban viviendo en condiciones de “Tercer Mundo”. Hogrefe le dijo a ABC que parecía que a las mujeres y a los niños “les habían lavado el cerebro y se sentían muy intimidados por los hombres que estaban en control de este lugar”. Los 11 niños fueron llevados a los servicios locales sociales para su cuidado.