Memes, los festejos de River

El conjunto de Marcelo Gallardo fue más y tuvo rendimientos muy parejos; anotaron Pity Martínez y Nacho Scocco, en una tarde en la que le salieron todas; Boca dejó una pobre imagen; brutal atajada de Armani en la última jugada

River tomó prestado lo mejor de su historia reciente para disfrutar de sensaciones placenteras. A su apolomo y personalidad, le agregó esta tarde el pragmatismo con el que resuelve las paradas difíciles. Y a este combo marca registrada en el ciclo Gallardo le adicionó un “deja vu”: al igual que en la supercopa de este año, superó a Boca 2 a 0, con goles de Gonzalo Martínez y Nacho Scocco (que entró en el segundo tiempo y la metió en la primera que tocó, al igual que en la noche mendocina) y con un calco del gol de Pity de volea en la Superliga 2017 con victoria 3-1 (también en la Bombonera, y en el mismo arco).

Con este resultado, el elenco de Núñez, que venía de ganarle como local a San Martín de San Juan (4-1) alcanzó los 10 puntos, cuatro menos que el líder Atlético Tucumán, mientras que Boca, que llegaba de ganarle en La Paternal a Argentinos Juniors (1-0), también tiene 10 unidades.

Gonzalo Pity Martínez se perfiló para ser el héroe, pero duró poco en escena. Su temprana lesión, minutos después de su golazo, lo privó de una tarde que asomaba auspiciosa para él. Juan Fernando Quintero no entró mal, pero le dio otro ritmo a River, que abandonó la presión y perdió la iniciativa en los primeros pasajes del complemento. Poco de Pratto y un Santos Borré eléctrico, más predispuesto a colaborar y correr -quedó mucho en off side-, que a elaborar juego asociado. Boca, que no la pasó bien en el primer tiempo, tomó por algunos pasajes las riendas en el segundo período aunque sin demasiada idea de qué hacer. Tevez no apareció y Benedetto se quedó sólo en buenas intenciones. Las individualidades no salvaron al déficit colectivo que visita frecuentemente al xeneize.

Pero el dominio de los primeros minutos del segundo tiempo xeneize bien pudo ser un espejismo. Fue perjudicado por dos malas decisiones de Mauro Vigliano (un penal de Ponzio y otro a Pavón) y quedó preso de los nervios de saberse superado. Y River comenzó a tomar fuerzas nuevamente. Ignacio Scocco, que había ingresado por Pratto, se encontró con una pelota perdida en el área y la clavó bien lejos del pobre de Rossi, víctima de la desconfianza de los suyos y la contundencia ajena.

Así, River tomó control definitivamente del partido y Boca acusó el golpe de los dos golazos. Fue con lo último que tenía sobre el final, con Zárate en cancha, pero ya sin mucha convicción. River se abrazó a la firmeza y echó mano a la historia que más disfrutó en el último tiempo para sacar adelante otro superclásico ¿La frutilla del postre? Una atajada de antología de Armani en la última acción para corroborar que a River le salieron todas en la Bombonera.

El gol del Pity Martínez

El gol de Scocco