El hallazgo de 14 cuerpos incinerados elevó este domingo a 25 la cifra de muertos por el incendio que arrasa el norte de California, bautizado como “Camp Fire” y considerado el más destructivo en la historia de este estado del oeste de Estados Unidos.
El sheriff del condado californiano de Butte, Kory Honea, informó a la prensa el hallazgo de 14 nuevos cuerpos, diez de ellos en Paradise, una ciudad de unos 26.000 habitantes, que se suman a los nueve muertos por las llamas confirmados con anterioridad, según la cadena de noticias CNN.
Además, dos cuerpos fueron encontrados en un barrio residencial de Malibu, lo que suma un total de 25 víctimas fatales en todo el estado.
Las autoridades advirtieron que la cifra podría aumentar considerablemente ya que otras 100 personas aún siguen desaparecidas.
Como gran parte de la dirigencia política estadounidense, el presidente Donald Trump se solidarizó con las víctimas, “los que combaten los incendios” y los evacuados.
Ayer, Trump ya se había referido al tema, también a través de su red social predilecta, para responsabilizar de los incendios, que ya provocaron la evacuación de más de 300.000 personas y la quema de 70.000 hectáreas, a las autoridades de California.
“No hay razón para estos incendios forestales masivos, mortales y costosos en California, excepto que el manejo forestal es tan pobre”, apuntó en su cuenta de Twitter.
“Miles de millones de dólares se transfieren cada año, con tantas vidas perdidas, todo debido a la mala gestión de los bosques. Arréglenlo ahora o no habrá más pagos de la administración federal”, amenazó.
No está claro si Trump amenazó con suspender los fondos de ayuda a bomberos que la agencia federal Servicio Forestal envía a los estados y que recientemente aumentó o si se refiere a la asistencia que la Casa Blanca prometió hace poco para ayudar en California.