El día después de mañana

No es el título de una película de catástrofes (que vi varias veces y bien podría semejarse a nuestro país) sino una definición sobre el futuro de nuestra economía, un futuro que será duro, complejo, difícil pero que necesariamente debemos transitar para buscar un bienestar social que hoy no disfrutamos.

Todos los datos que vamos a ir conociendo en los próximos días serán de malos a muy malos y hasta pésimos, esperables y lógicos pero solo nos servirán para saber que siempre se puede estar peor.

La situación para “el día después” tendrá cimientos débiles,  muy alto desempleo y  pobreza, elevada inflación,  secuelas de fuerte emisión monetaria y hasta un posible default, sumado a ellos un síndrome muy conocido luego de grandes crisis como el efecto zombie donde muchos no se animan a tomar decisiones importantes.

La salida debería pasar por tres frentes claves, medidas a tomar por los distintos niveles de gobierno, desde absorber pesos, flexibilizar obligaciones y contener sectores vulnerables, no tengo dudas que el verdadero examen de quienes gestionan está por venir y hasta me animaría a decir que, desde lo económico hoy es fácil actuar.

Las ventas al exterior serán fundamentales para generar los dólares que no tenemos y mejor aún con valor agregado que promueva trabajo, inversión y desarrollo.

También en una economía donde el consumo doméstico es esencial (palabra de moda), el poder adquisitivo de la población y la productividad de nuestra industria determinará el futuro del país y más aún si los precios le siguen ganado a los ingresos como desde hace años.

El gran Winston Churchill definió: “Nunca hay que desaprovechar la oportunidad de una crisis” y si de este momento sacamos en claro que país queremos, que industria necesitamos, que productos nos demandará el mundo, que sistema tributario es más justo y que mercado laboral será eficiente en el futuro, podremos decir que la crisis más allá del dolor generado nos permitió cicatrizar las heridas históricas que nunca supimos o quisimos ver. 

En fin, la verdad es que cuando se está en el fondo del pozo la única posibilidad de salir es subir y allá vamos”.