Crean el “metegol humano” para jugar al fútbol con distanciamiento social

La crisis que desató el coronavirus trajo consigo una innumerable serie de dificultades en las distintas actividades de la economía argentina pero también despertó el ingenio de muchos, como fue el caso de Gustavo Ciuffo, un licenciado en Comunicación Social que elaboró una idea para volver a la práctica del fútbol en el marco de las normas del distanciamiento requerido y así inventó el metegol humano.

Y ni lenta ni perezosa, la disciplina ya se puso en práctica en la ciudad de Pergamino y un video que se volvió viral en las redes da cuenta de cómo un grupo de argentinos se entretiene con lo más parecido al fútbol que encontraron tras más de 100 días sin actividad profesional.

Así las cosas, el metegol humano permite jugar al fútbol pero con zonas de movimiento bien delimitadas y guardando las distancias indicadas para evitar el contacto que podría propagar el virus.

Nada está librado al azar y así queda claro con las reglas dadas a conocer para la práctica de la actividad:

1- Se jugará con dos equipos de cinco jugadores.

2- Cada jugador se moverá en una zona propia para garantizar el distanciamiento.

3- Ningún jugador puede salir de su zona.

4- En defensa, los arqueros no pueden salir del área.

5- En ataque, los arqueros pueden salir del área pero sin pasar la zona del defensor.

Zonas restringidas, movimientos reducidos y sólo 10 jugadores para poder sortear la ausencia de fútbol, tanto a nivel de los torneos oficiales como de la práctica en las distintas canchas recreativas que riegan el país y que son, como tantas otras, una de las actividades más afectadas frente a la pandemia.

Su inventor, Gustavo Ciuffo, ocupa la gerencia de comunicación institucional del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), es Master en Edición por la Universidad de Alcalá y licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional del Centro de Buenos Aires. Cursó el doctorado en Lingüística y Literatura en la Universidad Autónoma de Madrid.

En 2011 se incorporó al INTA, donde se desempeña como editor en el área de publicación de libros (Ediciones INTA). También es docente en Derechos de Autor de la carrera de Edición de la UBA y, como queda claro con el metegol humano, un argentino más que sufre por la ausencia de fútbol e inventó un paliativo hasta la vuelta de la nueva normalidad.