El Monumento Nacional a la Bandera fue el eje de la disputa entre quienes respaldan o se oponen al gobierno nacional.
En la mañana del 9 de Julio gremios y organizaciones realizaron una jornada de lucha en defensa de los puestos de trabajo y la intervención del Estado en Vicentin. Por la tarde el mismo lugar fue el escenario de quienes realizaron un banderazo por la República, que se inició en apoyo a la agroexportadora pero que se convirtió en una movilización abiertamente opositora al gobierno de Alberto Fernández.
En la marcha en favor de la estatización de Vicentín, sindicatos, agrupaciones y trabajadores se pronunciaron alentando al actual Presidente de la Nación y por un rescate estatal para Vicentin ante la posibilidad de que la megaempresa, sospechada de fraude a las arcas públicas y a sus acreedores, pase a manos extranjeras.
Por su parte la marcha que tenía como motivo rechazar la expropiación de la cerealera, viró en marcadas críticas al gobierno nacional por diferentes motivos. Bocinazos y banderas argentinas pedían fundamentalmente “Recuperar la República”.
La causa Vicentín fue el móvil o la excusa para que las partes que bien se diferencian en el país de la famosa “grieta”, expresen sus enormes diferencia.
Muchos pensaron que la pandemia podía cambiar actitudes del ser humano, no es el caso de estos sectores que son parte de una Argentina “claramente y ciegamente dividida”.