Jorge Rial duro contra el Cantando 2020: “No hay humanidad”

Cada vez que Esmeralda Mitre pasa por el estudio del Cantando 2020 (El Trece) recorre todos los portales y las redes del día siguiente. Sucede que la participante impacta con sus inesperadas salidas desde gritos, actitudes extrañas que parecerían no tener coherencia, hecho del que se tomaron desde el panel de Intrusos (América) para analizar el caso.

Bajo el graph ‘Esmeralda Mitre nos acostumbró a sus papelones’, Jorge Rial y los periodistas que lo acompañan cada mediodía; Rodrigo Lussich, Adrián Pallares, Guido Záffora y Débora D’Amato, desglosaron el extraño comportamiento de la actriz en el reality de LaFlia sin filtro. “No se puede ignorar que esmeralda mitre…” comenzó el conductor cuando Lussich completó la frase: “Está loca”.

Si bien aclararon que no apuntaban a un análisis psiquiátrico o médico, dado que no se dedican a diagnosticar enfermedades o patologías a las personas, el panel de América dejó en claro que se habla de una “locura en la televisión” de la que, a varios años, aún continuán preguntándose si es real o si “se hace”.

“Esmeralda sufre de verdad y se le nota, se pone mal , se engrana y creo que no piensa la previa, piensa que va a ser pintoresco, desfachatado y termina siendo volteada por todos, porque no disfrutan con ella,se rien de ella”, sumó Guido Záffora. En un debate picante en el que cruzaban puntos de vista sobre el estado mental de Mitre, se involucraron los códigos que se comparten puertas adentro en el Cantando, mismo motivo por el cual Lola Latorre lanzó un chiste sobre los temblores de Nacha Guevara y la destrozaron en las redes. “Es que se arma un micro clima ahí, llega un momento que naturalizan todo y hablan con liviandad al aire lo que, seguro, se dice en los pasillos”, indicó Rial firme.

Si bien el papel que juega Esmeralda mitre en cada performance es polémico y deja a más de uno con la boca abierta, desde Intrusos reflexionaron que se trata de un juego, con códigos, del que Esmeralda es consciente y lo permite. En ese sentido Lussich comparó su caso con Zulma Lobato e vaticinó que, probablemente, a Mitre a futuro le pase lo mismo que a la mediática: “La tele se la está fagocitando y diremos en un tiempo que le hicimos lo mismo que a Zulma”.

En un fogoso intercambio de opiniones al aire, Débora consideró que es un “personaje pintoresco” y que la llevan a eso porque “vende y gusta” pero que no la considera loca. Fue entonces que Rial le contestó: “La pregunta que me hago es, ¿hasta donde naturalizamos ciertas cosas? yo analizo lo que veo en la tele y a mi me preocupa esto. La tele desborda al que se deja desbordar, hay gente que vi que pone límites y dice hasta acá llegue y es hasta ahí”.

Fue entonces que D’amato le contestó al conductor: “Uno pude ser humano también y no llevar a desbordar al otro” y se desató una interesante tele que tiene mucho para cortar. Por un rato, pararon las rotativas, y Rial se quedó con la palabra “humanidad” que, al ser hombre de televisión y conocer el medio más que nadie, disparó que compatibilizaba ese término con la pantalla chica.

“Nono pero no me traigas la humanidad a la tele. Mirá te voy a mostrar algo… ” lanzó Jorge y se paró para ir a buscar una tele. “Esto es un electrodoméstico, no respira, no tiene corazón”, quiso desmostrarle la pareja de Romina Pereiro a su panelista. “Bueno pero esta la gente dentro de la tele, que tiene corazón”, insistió la periodista y recibió una tajante respuesta de Jorge: “No, la gente que hace tele es gente de tele. Cuando se prende acá nos disfrazamos de humanos, somos un personaje”.

Y remarcó deslizando un palo al Cantando: “En la tele no hay humanidad. Recupera humanidad cuando se enoja la gente o alguien hace un chiste, ahí sale lo que sos. Esmeralda se deja desbordar y donde la puedan rostizar la van a rostizar. Nadie te va a parar en la tele cuando estás midiendo”, palabras a las que se sumó la figura de los Escandalones. “Mientras garpe, no va a haber autocrítica, en todo caso va a ser posterior. Todo esta puesto en función de un show, que por ende, tiene la falta del alma”.

Lejos de abandonar su idea, Débora continuó: “Yo entiendo que la tele no tenga corazón, pero la gente que está en ella es humana, y hay un momento en el que cuando uno ve que otra persona no está bien, uno tiene un límite, aunque entiendo que haya gente que no lo tenga”.

Distanciado de la idea de Esmeralda como víctima, Rial cerró con una reflexión: “Hay que tener en cuenta aparte de que lado te pones. Podes ser la víctima, pero cuando te dan el papel de verdugo como lo ejerces eh; sino mira La Princesita, se convirtió en una verduga inescrupulosa. Es un personaje, pero cuando fue víctima del bullying la pasó mal y por ende, conoce muy bien lo que duele estar del otro lado, entonces sabe donde pegar”.