Exclusivo EME: El escalofriante relato un sobreviviente Argentino de las Torres Gemelas

Te invitamos a escuchar la nota a Alejandro Vigilante – sobreviviente del 11-9 torres gemelas realizada en el programa “Resumiendo” que conduce Gaston Chanzard de lunes a viernes 18:00 hs por Radio EME

Cuando salimos del subte el panorama era dantesco”
Alejandro Vigilante, ciudadano argentino que fue testigo de dicho atentado, aseguró que se escondió en la garita de un estacionamiento y que pensó que se iba a morir aplastado por los escombros.

Alejandro Vigilante también se asomó del túnel de la estación. Comenzó a caminar las 10 cuadras que restaban hacia el Marriot, ya cruzándose con gente cubierta de polvo. “Llegamos casi a cien o doscientos metros de las torres, en Greenwich y Suffolk. Y cuando miramos, había una sola torre frente a nosotros. Yo venía súper impactado porque se veía el agujero del avión en la torre del cual salía fuego. No podía dejar de mirarlo y Hernán, mi amigo, me dice ‘dale, dale, corré, corré…’. Le dijo ‘esto se cae’. ‘No, dale, que estamos por llegar, me gritó. Y cuando terminó de decirlo veo que la torre se empieza a inclinar y hace un ruido impresionante. Se empieza a desvanecer en el aire como una catarata. Hernán me llevaba unos 10 o 15 pasos y vi que entraba a un garage al aire libre. Me gritó ‘¡Alejo!’, me di vuelta y se nos venía un tsunami de polvo y escombros encima…”.

Cuando Alejandro volvió a mirar a su amigo, éste intentaba refugiarse entre la garita del estacionamiento y un auto. El polvo invadía todo y corrió hacia él. Tres policías que estaban ahí trataban de romper la garita para entrar. Hernán tiró de la puerta del coche y la abrió. “Yo fui el último que entró al auto. Éramos cinco y no podía meter las piernas, no podía doblarlas, y el policía quería cerrar la puerta como fuera. Me las hizo pomada. No se veía nada, el polvo entraba y nos tapamos con remeras. Sentía como que golpeaba un granizo que se iba convirtiendo en cascoteada y el auto se movía de lado a lado, vibraba. Pensé que nos iba a caer algo mucho más contundente, que me iba a morir ahí abajo. Se me venían películas de mi vida, pensaba ‘¿cómo le van a contar a mi vieja?’ Nuestro error fue no habernos ido cuando salimos del subte, decir ‘esto es un delirio’ y volver a casa”.