Un club era la cueva donde volcaban dinero conocidas bandas narcocriminales

Allanamientos realizados por orden del juez federal Carlos Vera Barros, uno de ellos en la sede social del club Echesortu de San Nicolás 1350, fue el resultado de una investigación a partir denuncias que remarcaban la existencia en el lugar de una mesa de dinero en la cual se lavaban activos provenientes de actividades ilegales.


Las investigaciones determinaron de momento que esa cueva era una de las tres patas de una compleja organización en la que volcaban dinero conocidas bandas narcocriminales de Rosario.

Los procedimientos fueron realizados por el Grupo de Investigaciones Patrimoniales y Financieras de la Sección Antidrogas Rosario de Gendarmería Nacional por la presunta infracción a la ley de drogas y tiene en la mira a Yalil Roberto “Turco” Azum, quien desde la semana pasada está en prisión preventiva por disposición de la Justicia provincial en otro expediente donde se lo investiga por lavado de activos; junto a Omar Daniel De Fazio, actual presidente del club Echesortu; su hermano Yamil Iván De Fazio, y Cristian Pross, quien según los pesquisas cuenta con antecedentes por causas de lavado de activos en la ciudad de Paraná.

El procedimiento que los gendarmes realizaron en el club ubicado frente a la plaza Buratovich, en el corazón del barrio Echesortu, dejó al descubierto lo que muchos vecinos de la zona ya sabían y murmuraban entre ellos: el funcionamiento de una mesa de dinero en las instalaciones de la entidad albirroja donde años atrás, cuando De Fazio ya era presidente de la entidad, muchos de los socios que llegaban a realizar sus prácticas deportivas solían ver sentado en las mesas del bar a Andrés “Pillín” Bracamonte, el líder de la barra brava de Rosario Central imputado precisamente por lavado de activos desde agosto del año pasado.

Pero los pesquisas que avanzaron a partir de las denuncias radicadas desde 2017 también aseguran que la cueva no solo blanqueaba dinero proveniente de la barra canalla sino también capitales originados en la venta de drogas regenteada por la banda de Los Monos.

Fuentes de la investigación indicaron que como consecuencia de las maniobras ilícitas realizadas el grupo con base en el club se quedaría con propiedades muebles e inmuebles de las personas que no pudieran devolver el dinero prestado por los responsables de la mesa a través de escrituras que siempre se realizaban mediante un mismo escribano.