Recomendaciones para abordar la nueva campaña de maíz tardío

Enfermedades foliares, plagas y manejo de malezas en maíz tardío fueros los ejes analizados por especialistas en una jornada organizada por Brevant Semillas.


Concluyó este miércoles el 6º Congreso de Maíz Tardío (CMT), organizado por la compañía semillera, donde se abordó al cultivo con una mirada integral, a fin de brindar información de calidad a los productores de cara a la nueva campaña gruesa.

Uno de los oradores del evento fue Roberto de Rossi, fitopatólogo de la Universidad Católica de Córdoba, quien habló sobre “Manejo de enfermedades foliares: ¿por qué es una tecnología de alto impacto con baja adopción?”. El especialista recomendó la utilización en el lote de los materiales que menos se enferman y apuntó que “en la parte técnica falta conocimiento, falta saber qué información es necesaria para diagnosticar si hay un cultivo enfermo o no y si hace falta aplicar un fungicida”. Es necesario empezar a discriminar “en qué enfermedades hay que intervenir y en qué enfermedades no”, y afirmó que las pérdidas de rendimiento que se pueden generar por estos problemas rondan entre el 10% y 20%.

En el caso puntual del maíz tardío, “al hacer una siembra tardía del cultivo, generalmente hacemos que el período crítico esté coincidiendo con los períodos en que las condiciones ambientales son conducentes para la aparición de enfermedades, eso hace que tengamos más probabilidades que en un maíz temprano de que se desarrollen y nos impacten de manera muy importante”.

“Enfermedades como ‘tizón común’ o ‘cercosporiosis’ pueden generar pérdidas “de entre el 10% y el 15% de un rendimiento potencial. Además hay que aclarar que si los materiales son susceptibles o moderadamente susceptibles las pérdidas se pueden elevar a un 40 o 50%”, alertó el investigador y agregó: “Sabemos que sembrando tardío tenemos altas probabilidades de que se generen enfermedades, entonces tenemos que reforzar los conocimientos sobre cuales hacer hincapié, y que hay que ir al campo, monitorear y diagnosticar correctamente”.

Sobre el uso de fungicidas, De Rossi puntualizó que “la aplicación se debe realizar siempre que haya enfermedades, pero que tengamos un síntoma un signo, no significa que tengamos que tomar la decisión de hacer una aplicación, eso lo que nos marca es que debemos estar alertas y empezar a sumar ítems, no podemos tomar la decisión de aplicar sólo por la presencia”.

En cuanto al nivel de aplicación de fungicidas en el país, el especialista comentó que “en la gran mayoría de los casos no se aplica. Tenemos una adopción de uso en Argentina de alrededor de un 8% de hectáreas de maíz. La mayoría es un no aplico contra un sí aplico. En esto está muy relacionada la fecha de siembra y en el 8 a 10% donde se aplica son, mayormente, tardías”.

¿Cuándo aplicar? “Cuando los niveles de enfermedades son bajos no debemos aplicar, porque con las enfermedades tenemos que convivir, hay niveles, están los umbrales de daño económico que nos permiten saber en qué proporción o cantidad el daño producido se justifica la aplicación de fungicidas. Si no estamos llegando a esos umbrales podemos convivir”, consideró.

A modo de conclusión, De Rossi señaló que “las empresas, los técnicos y los productores buscan que su material tenga potencial de rendimiento, estabilidad y sanidad. En los maíces tardíos es fundamental hacer un acompañamiento de la sanidad con monitoreos, seguimiento, conocer la genética para saber si vale la pena tomar decisiones y saber que si tenemos que utilizar un fungicida las respuestas son muy buenas y concretas para frenar las enfermedades”.

Manejo de malezas

Marcelo de la Vega, referente de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), respondió sobre el papel de las nuevas tecnologías en malezas para tratar del maíz tardío.

“El ambiente influye sobre el cultivo en su crecimiento, la velocidad, la disponibilidad de agua para crecer. Un maíz temprano o tardío va a tener una velocidad diferente de crecimiento. Los suelos más fríos de la primavera hacen que el crecimiento del maíz temprano sea mucho más lento, en tanto que el crecimiento de un maíz tardío es mucho más explosivo”, graficó.

Las malezas “llevan millones de años en la tierra evolucionando y ahora aparecieron de nuevo. Están preparadas, evolucionadas, para enfrentar a los herbicidas”, apuntó. Y puso el acento en la necesidad de determinar fehacientemente el tipo de maleza presente en el lote, “porque no hay un producto que funcione sobre todo, entonces el diagnóstico es fundamental”.

“Si en primavera sembramos un maíz temprano, seguramente la presencia de malezas será bastante mayor y si tuviésemos que usar una herramienta debería ser dentro de ese cultivo, y el nacimiento de la maleza será cuando no tengamos ese cultivo y entonces podemos utilizar muchísimas tácticas de control para eliminarlas, de manera de llegar sin competencia”, dijo.

Como técnica eficiente comentó una práctica australiana, “el doble golpe es pegarle a la maleza con dos herbicidas para secarla, pero eran herbicidas totales que no se podían utilizar dentro del cultivo. Esta práctica era muy buena, pero las malezas nos demostraron que no era sustentable”. Pero añadió que “no nos tenemos que basar en dogmas de fe. Creo que nos debemos basar en evidencias científicas en estos temas”.

“Muchas veces se considera que los agrónomos, al usar plaguicidas estamos matando o contaminando el ambiente, pero si uno estudiase los plaguicidas en su historia comprobaría que cada vez son mucho menos tóxicos. Hoy un laboratorio no sacaría un producto banda roja que sería tóxico, ahora los productos son levemente tóxicos. Son productos que se degradan en el ambiente”.

Para cerrar, De la Vega recomendó “conocer muy bien la dinámica de las malezas, porque hoy están dormidas. Muchas veces podemos ver un campo sin vida, pero en realidad está dormida la vida esperando una lluvia que la despierte. La vida está y debemos saber que va a despertar, entonces debemos conocer cuáles son las cosas que la despiertan y a partir de ahí buscar las tácticas para que no nos reduzcan los rendimientos”.

Insectos plaga

El especialista Roberto Peralta (Halcón Monitoreo-UCC-UNC) abordó la problemática. “Siempre hay amenaza de plagas, es una problemática que siempre vuelve. Siempre hay amenaza de plaga emergente, es imposible dominar por completo los factores biológicos y por eso hay que estar constantemente arriba”, inició.

Explicó que, determinar qué es plaga y qué no lo es, “pasa por la idiosincrasia del productor, el técnico y el sector”, y planteó que es difícil pronosticar qué tipo de “plaga va a venir con un buen nivel de certeza”.

En Argentina “la dinámica de plagas se despierta en primavera y va creciendo durante el verano. Sabiendo eso, si voy a hacer un maíz tardío, me estoy metiendo en una situación de crecimiento de la población de artrópodos, buenos y malos, los malos son los que les ponemos el mote de plaga”, apuntó el especialista.

En el caso de los maíces tardíos se debe trabajar con un manejo totalmente distinto y más complejo que en un maíz temprano. “Constantemente debemos estar preparados para la mayor cantidad de escenarios posibles. Es fundamental el monitoreo, que es un plan de trabajo, una serie de visitas al lote, recopilando información pertinente y en base a esa información me trato de imaginar qué va a ocurrir con la población. Tengo que ver hacia dónde va esa población y qué decisión de manejo tomo en cada momento”.

El investigador opinó que “el sector agropecuario en los últimos años, con el manejo de productos sanitarios siempre ha sido reactivo y no proactivo, ese es un gran problema. Aparece el problema y buscamos solución inmediatamente, hemos estado en ese brete de la poca planificación. Siempre se divide entre lo que es táctica versus estrategia. En táctica de control el sector avanzó muchísimo, pero en estrategia nos falta crecer mucho, en lo que es planificar a largo plazo, a tres o cuatro años”.

Entre las plagas más tradicionales en maíz el profesional destacó a la “cogollera de maíz”, que es la que está generando problemas de resistencia. “Lo único que podemos hacer es usar más de la misma estrategia y eso nos lleva a que se caigan las tecnologías. Los maíces con resistencia generalmente apuntan mucho a eso y el apostar cada vez más nos lleva a que descuidemos lo que se viene a futuro”.

Reconoció que “tenemos un gran problema de ese manejo de resistencia que no lo estamos asociando. Nos tenemos que asociar entidades productivas, técnicos, productores para ver qué manejo vamos a hacer de la resistencia, sino la tecnología se cae”.

“En el corto plazo, como mínimo, debemos respetar las pautas básicas. Desde hace 15 años que en maíz venimos hablando de los refugios, que implican sembrar una parte con maíz no resistente para que se mantenga la población susceptible a esta tecnología para que haya cruza, de lo contrario hacemos una selección de resistentes. Esto no se hace, primero porque los semilleros no proveían los refugios, ahora porque los productores no los utilizan o los usan mal, lo siembran a destiempo”, estimó. Peralta reconoció que de esta forma no se evitará la resistencia pero se logra estirar la vida útil de la tecnología hasta que aparezca una superadora: “La resistencia es inevitable, es evolución genética, las plagas van a evolucionar y siempre van a estar”.

Compartir información. “Tenemos que empezar a interactuar diez veces más para no seguir repitiendo los errores. Lo bueno es que se está dando una profesionalización increíble en el sector, porque cada vez el campo necesita más profesionales. Hoy hay intercambio de información, aunque está un poco desordenada, pero la profesionalización en el sector agropecuario no va a parar”, dijo.

Peralta cerró con una recomendación para la siembra del maíz tardío: “Hay que estar muy atento a lo que dicen los profesionales, interactuar con información constantemente y tratar de prever lo que va a pasar. El maíz tardío se arriesga a la aparición de cogollera, pero dependiendo de la región es distinta la tecnología a aplicar. Por eso hay que planificar, ir viendo qué plagas están apareciendo y qué se puede hacer y monitorear”.

Fuente: Todo Agro