Harina de mosca: en Ecuador transformarán residuos orgánicos en proteína

La firma Bioconversión abrió la primera planta industrial del país, dedicada a producir harina de mosca para alimentación animal.


A través de una apuesta innovadora, la empresa Bioconversión S.A. transforma residuos orgánicos en proteína, a través de la producción de harina de mosca. Para ello utiliza la especie soldado negra, cuyas larvas se alimentan de los restos. Cuando estas engordan, se secan y trituran hasta obtener la harina que luego será vendida como alimento balanceado animal a la agroindustria.

Bioconversión es fruto de la curiosidad del ecuatoriano Mauricio Elialde, sobre el uso de los insectos para el manejo de los residuos orgánicos.

“Le presenté a mi familia un proyecto diciéndoles que me parecía espectacular poder aplicar aquello usando los residuos que teníamos en las haciendas”, contó el empresario a Bloomberg Línea.

Del patio de su casa a una industria

Primero, comenzó en el patio de su casa y luego pasó a una bodega más amplia donde hizo la planta piloto y comenzó a procrear la población de larvas.

“Comencé a visitar a agroindustriales que nos apoyaron y nos entregaron sus cáscaras de maracuyá, de banano, etc. y así logramos hacer un pool de empresas proveedoras”, indicó el empresario.

Así, lograron que una de las plantas de balanceado más grandes el mundo, Nutreco, los acompañara en el proceso de pruebas recibiendo una tonelada al mes de su producto. Allí lo testeaban para medir el efecto de la grasa y los aminoácidos de la harina de mosca.

“Felizmente nos nombraron proveedor de proteína de insecto”, contó Elialde.

El año de pandemia les sirvió para terminar todo el proceso de diseño de la planta y la estructura legal. Decidieron instalar la fábrica de 2.700 metros cuadrados en una Zona Especial de Desarrollo Económico (Zede) en Guayaquil.

La construcción de la fábrica comenzó en marzo del 2021 y el pasado 1º de diciembre arrancó su trabajo, y si bien aún están en fase de pruebas, prevén comenzar el año 2022 produciendo. La capacidad instalada es de 100 toneladas al mes de harina de mosca para alimentación animal y 500 de abono agrícola.

Gran aporte nutricional y ambiental

La mosca soldado negra tiene un ciclo de vida de hasta 50 días y su calidad nutricional es única: tiene 45% de proteína y 126% de grasa, además de todos los aminoácidos requeridos para una buena alimentación. El 90% de las larvas sirven para el engorde y el 1% sigue el proceso de crianza.

Elialde prevé que un año podrán utilizar 24 mil toneladas de residuos orgánicos de las agroindustrias con las que ya han negociado, porque en 10 días 1 kilo de larvas puede comer 20 toneladas de residuos orgánicos.

“Son 2.000 toneladas al mes que dejan de ir a un relleno sanitario”, destacó.

“Por eso el mayor beneficio es el ambiental, ya que estamos utilizado un gran reciclador natural que degrada la basura y ayuda a volver a dar valor a lo que nosotros desperdiciamos”, apuntó.

Asimismo, el empresario, consideró que “la harina de mosca va a complementar o sustituir a la de pescado, de soja o las vegetales que se usan en la agroindustria para alimentar a los animales”.

Fuente: ABC Rural