En su homilía por la Jornada de la Palabra de Dios, el Papa Francisco que una Iglesia “de corazón estrecho”, cerrada a la gente, supondría una maldición.
“Si la salvación está destinada a todos, incluso a los más lejanos y perdidos, entonces el anuncio de la Palabra debe ser la principal urgencia de la comunidad eclesial. Que no nos suceda profesar la fe en un Dios de corazón ancho y ser una Iglesia de corazón estrecho; esto sería, me permito decirlo, una maldición”, advirtió este domingo el Papa Francisco en la misa por la IV Jornada de la Palabra de Dios en la basílica de San Pedro, en el Vaticano.
El pontífice argentino sostuvo que la Palabra de Dios “no está destinada solo a los justos sino a todos” y emplazó a su Iglesia a “abrirse a las personas”.
“Quiere llegar a los lejanos, quiere sanar a los enfermos, quiere salvar a los pecadores, quiere reunir a las ovejas perdidas y levantar a los que tienen el corazón cansado y agobiado (…) No olvidemos esto, la misericordia de Dios es para todos”, sostuvo.
Por eso, en esta jornada dedicada a la propagación de la Fe, llamó a la Iglesia a hacerlo en “las situaciones de cada día”, sobre todo entre quienes están “perdidos, se sienten oprimidos o desanimados”.
Fuente: Diario Popular