Este viernes 20 de junio, Rosario será sede del acto oficial por el Día de la Bandera y contará con una presencia política inesperada: la vicepresidenta Victoria Villarruel. En medio de un abierto distanciamiento con el presidente Javier Milei, la titular del Senado se presentará en el Monumento Nacional a la Bandera para acompañar la ceremonia junto al gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin.
Desde hace días se sabía que el presidente Milei no viajaría a Rosario. Finalmente, se confirmó que encabezará un acto organizado por el Ministerio de Defensa en el Campo de Polo porteño y que ningún funcionario nacional asistiría a los actos en la cuna de la enseña patria. Sin embargo, este jueves al mediodía, los periodistas Pedro Levy y Sergio Roulier confirmaron con fuentes del Senado que Villarruel sí participará de la ceremonia en la ciudad santafesina.
La vicepresidenta aprovechará así el vacío institucional dejado por el Ejecutivo para mostrarse en un evento de alto valor simbólico, aunque con una limitación clave: no podrá pronunciar un discurso salvo que el Gobierno nacional la designe oficialmente como su representante, algo que hasta ahora no ocurrió y que parece poco probable.
Esta aparición pública tiene una fuerte carga política para Villarruel, quien desde hace tiempo viene siendo marginada del núcleo de poder presidencial. Su rol se ha limitado a encabezar el Senado y a ocupar formalmente la Presidencia en las ausencias del mandatario, sin poder real de decisión. El último evento en el que compartió espacio con Milei fue el Tedéum del 25 de mayo, donde el presidente ni siquiera la saludó.
En este contexto, el acto del Día de la Bandera en Rosario representa una rara oportunidad para que la vicepresidenta se exhiba públicamente, hable con la prensa y mantenga algo de visibilidad política en un momento en el que su figura viene perdiendo protagonismo dentro del oficialismo libertario.





