China se prepara para dar un salto estratégico en materia de turismo receptivo. El ministro de Cultura y Turismo, Sun Yeli, anunció que el país implementará mejoras “drásticas” para facilitar la llegada y la circulación de visitantes internacionales durante el próximo XV Plan Quinquenal (2026-2030).
El objetivo central es modernizar y agilizar todos los servicios vinculados al ingreso de turistas: desde la tramitación de visas hasta el alojamiento, los reembolsos de impuestos y el transporte interno. La meta, según explicó el funcionario, es convertir a China en un destino más accesible, competitivo y atractivo para los viajeros globales.
Estrategia para seducir al turismo internacional
El plan prevé la creación de rutas y productos turísticos de alta calidad, el desarrollo de clústeres de consumo especialmente pensados para visitantes extranjeros y el lanzamiento de campañas de promoción sostenidas en mercados clave.
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En paralelo, China ya empezó a aplicar medidas concretas para simplificar el ingreso:
- Exenciones de visado: acuerdos de libre entrada con 29 países y habilitación de ingreso sin visado para ciudadanos de otros 48.
- Tránsito sin visado por 240 horas: ampliado a 65 puertos de entrada, lo que facilita viajes y conexiones para miles de turistas.
- Innovación digital: desde el 20 de noviembre funciona un nuevo sistema de tarjeta de llegada online, que permite completar el trámite antes del vuelo y usar un código QR para la autorización de ingreso.
Estas acciones se inscriben en una estrategia más amplia de apertura y modernización, con foco en mejorar la experiencia del visitante desde el primer paso en territorio chino.
Un impacto inmediato
Las nuevas políticas ya muestran resultados contundentes. En el tercer trimestre del año, 7,246 millones de extranjeros ingresaron a China bajo los regímenes de viaje sin visado. Según la Administración Nacional de Inmigración, esto representa un crecimiento interanual del 48,3% y equivale al 72,2% del total de ingresos de ciudadanos extranjeros en ese período.
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El Gobierno chino busca sostener esta tendencia e impulsar un flujo turístico creciente que fortalezca el intercambio cultural, dinamice el consumo y consolide al país como un destino de proyección global en los próximos años.
