El mercado laboral argentino mostró una mejora en los niveles de desocupación, aunque con claros matices que encienden alertas. Según el último relevamiento del Indec, correspondiente al tercer trimestre de 2025, el Gran Santa Fe registró una tasa de desempleo del 6,2%, mientras que en el Gran Rosario el índice fue más elevado, con un 8,9%.
En el plano nacional, la desocupación se ubicó en 6,6%, por debajo del 6,9% del mismo período del año pasado y con una baja de un punto porcentual respecto del trimestre previo, cuando había alcanzado el 7,6%. La mejora, sin embargo, convive con un fenómeno persistente: el avance del trabajo informal y la contracción del empleo asalariado registrado.
De acuerdo al informe de Mercado de Trabajo (EPH), la informalidad pasó del 42,6% al 43,3% interanual, reflejando que buena parte de los nuevos puestos generados no cuentan con protección laboral. En paralelo, la tasa de actividad —que mide la población económicamente activa sobre el total— subió a 48,6%, mientras que la tasa de empleo alcanzó el 45,4%, ambas en alza respecto del año anterior.
“El descenso del desempleo se explica por una suba de las personas ocupadas y no porque haya menos gente buscando trabajo”, explicó Daniel Schteingart, director de Desarrollo Productivo de Fundar. En ese sentido, remarcó que la tasa de empleo pasó del 45% al 45,4%, un nivel apenas inferior al de 2023.
En términos absolutos, el Indec estimó que unas 958.000 personas permanecían desocupadas sobre una población económicamente activa de 14,6 millones, considerando los 31 aglomerados urbanos relevados en todo el país.
Desde una mirada más optimista, el director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, vinculó la baja del desempleo a la recuperación de la actividad económica. “La creación de empleo superó nuestras expectativas durante el tercer trimestre”, sostuvo, y destacó que, pese a que más personas salieron a buscar trabajo, el resultado fue una reducción de la desocupación. “Que haya caído al 6,6% es una buena noticia”, afirmó.
Así, los datos oficiales dejan un escenario de luces y sombras: menos desempleo en Santa Fe y en el país, pero con un mercado laboral que sigue mostrando fragilidades estructurales, especialmente en materia de calidad del empleo y formalización.





