La disminución en la cobertura de vacunación, un fenómeno que se registra desde el final de la pandemia en todo el país, encendió fuertes alertas en Santa Fe. El reciente fallecimiento de un bebé de un año por coqueluche —o tos convulsa— en Villa Gobernador Gálvez, sumado al aumento de casos sospechosos, reactivó la preocupación sanitaria y reabrió el debate sobre las causas de esta caída.
En diálogo con EME, la ministra de Salud de Santa Fe, Silvia Ciancio, explicó que la merma en la adherencia a los calendarios vacunales es progresiva y afecta a todas las edades. “Hace rato que vemos que la adherencia a los calendarios fue perdiendo esa impronta de los adultos o padres de ir casi religiosamente a vacunar. Lo observamos en bebés, y a medida que crecen, esa adherencia disminuye, especialmente en edad escolar. Incluso llegar a coberturas óptimas a los 11 años se volvió un desafío”, señaló.

Las causas: una combinación peligrosa
La ministra sostuvo que no existe un único motivo que explique el fenómeno. La erradicación de enfermedades como sarampión, tétanos o poliomielitis contribuyó a que muchos adultos a cargo de niños nunca hayan visto esas patologías de cerca, lo que derivó en una “falsa sensación de ausencia de riesgo”.
A esto se suma el impacto de la pandemia. “La mediatización masiva y el acceso a información sin aval científico hizo que de golpe todos nos convirtiéramos en expertos en vacunación. Mucha información errónea circuló y sigue circulando”, advirtió.
“No son movimientos antivacunas, es falta de percepción del riesgo”
Para Ciancio, más que un rechazo ideológico, hay desconocimiento y dudas que el sistema de salud debe responder activamente.
“Hablar desde creencias infundadas sobre la seguridad de las vacunas genera daño social. No creemos que sea un fenómeno antivacunas clásico, sino que no se consideran los riesgos reales. Estamos en un momento crucial”, enfatizó.
Reforzar estrategias y salir a buscar a la población
La ministra destacó que el rol del Estado, las escuelas y los profesionales de salud debe ser más activo que nunca.
“Debemos salir del hospital y del centro de salud. Tenemos que ir a buscar a niños y niñas, aprovechar movimientos sociales y todas las herramientas disponibles. La gente tiene que animarse a acercarse y preguntar”, apuntó.
Por último, alertó además que la caída de las coberturas a medida que avanzan las edades —principalmente al iniciar la escolaridad— es una tendencia que debe revertirse con urgencia: “Hay vacunas disponibles para cada una de las enfermedades que hoy nos preocupan. El acto de vacunar y vacunarse es altruista: no es solo para cuidarse uno, sino para proteger a nuestras familias y a la comunidad”.






