Maduro se proclama ganador, pero la oposición y el mundo desconocen el resultado

El CNE, en el que solo confían uno de cada cuatro venezolanos, anunció una victoria por el 67,7% de los votos; se registraron miles de denuncias de fraude.

El Frente Amplio Venezuela Libre, el opositor disidente Henri Falcón y el candidato evangélico Javier Bertucci exigieron anoche la repetición de las elecciones presidenciales tras el polémico triunfo de Nicolás Maduro , en una jornada marcada por los centros electorales vacíos, la compra de votos y el “fraude” electoral. Por primera vez en muchos meses, los distintos actores internos coincidieron con el Grupo de Lima (15 países de América Latina), EE.UU., Canadá y la Unión Europea, quienes desde el primer momento apostaron por no reconocer unas elecciones sin condiciones democráticas.

Y así fue. El Consejo Nacional Electoral (CNE), en el que solo confían uno de cada cuatro venezolanos, anunció anoche que el candidato revolucionario Nicolás Maduro obtuvo 5.823.700 votos (67,7%), frente a 1.820.552 del opositor disidente Henri Falcón y 925.042 de Bertucci. Un proceso electoral marcado por la abstención, ya que el nivel de participación sólo alcanzó el 48%, frente a la media del 79% en los últimos comicios.

“Ha triunfado la paz y la democracia en esta jornada histórica de la patria. Celebramos junto al pueblo este nuevo comienzo para conducir la Patria a la prosperidad definitiva”, festejó Maduro desde el balcón del pueblo del Palacio de Miraflores, pese a que se ha quedado a más de cuatro millones de votos de la barrera de 10 millones que el mismo se marcó. Un total de votos que no llega al 29% del censo, lo que le obligó a anunciar ayer que no habrá más elecciones en los dos próximos años.

Más que por un triunfo que todos esperaban, la jornada electoral pasará a la Historia por la “rebelión de las calles vacías”, como la bautizó el Frente Amplio, que agrupa a la opositora Unidad Democrática, la Iglesia Católica, chavistas disidentes, el Movimiento Estudiantil y grupos civiles y sindicales.

“El proceso carece de legitimidad, lo desconocemos. Asumo la responsabilidad de lo que estoy diciendo, hay que hacer nuevas elecciones”, dijo el candidato Falcón, que se desmarcó hace meses de la opositora Unidad Democrática para finalmente reconocer los motivos que llevaron a todo el Frente Amplio a apostar por la abstención.

“Estamos dispuestos a participar en unas nuevas elecciones en octubre, pero sin presión, sin puntos rojos, con los centros cerrando a las 6 de la tarde”, añadió el exgobernador de Lara, quien tras una larga perorata inculpó a la abstención de su derrota. “Porque como ustedes saben la abstención incrementa la eficacia de la trampa de un gobierno que está acostumbrado a eso, a la manipulación”, lanzó. Según los datos de su equipo electoral, se recogieron 142.589 denuncias y 91.732 amenazas a sus testigos.

“Hubo una farsa de un dictador que quiere mantenerse en la presidencia sin contar con el apoyo popular. Hoy el primer derrotado fue Nicolás Maduro. Los venezolanos no cedieron ante el chantaje y la amenaza”, resumió Juan Pablo Guanipa, dirigente del Frente Amplio. Los cálculos del situaban la participación ciudadano en torno al 30%.

“Aquí no hay democracia, fue secuestrado el derecho del pueblo a votar. Debemos unirnos para todos juntos elegir elecciones libres y democráticas”, disparó Juan Andrés Mejía, número 2 de Leopoldo López en Voluntad Popular. Pese a su apuesta por la abstención, la oposición tendió la mano a Falcón y Bertucci para “desconocer” juntos los comicios “fraudulentos” antes de la comparecencia de ambos.

“El desconocimiento del proceso electoral por parte de [Henri] Falcón reunifica a la oposición al menos en un aspecto: el desconocimiento de la legitimidad de origen del presidente Maduro y su alineación con la comunidad internacional”, sintetizó el politólogo Luis Vicente León.

La imagen de Chávez sigue omnipresente La imagen de Chávez sigue omnipresente Fuente: AFP
La soledad de las calles y de buena parte de los centros electorales contrastó con la euforia exhibida por portavoces chavistas, como Delcy Rodríguez, presidenta de la Constituyente. El chavismo mantuvo abiertos los centros electorales donde acostumbre a llevar de noche, más allá del horario establecido para el cierre de las mesas, a importantes grupos de electores. Sin testigos y sin control ciudadano. La primera pregunta que se hacía cualquier observador imparcial era para qué estirar un horario para votar cuando los centros permanecieron semivacíos durante todo el día.

Los datos del CNE no convencieron a casi nadie, después de una jornada marcada por los centros electorales vacíos y por las abusos estatales, ignorados siempre por el poder electoral. Hasta Luis Emilio Rondón, el único rector no chavista del CNE, aprovechó para salir a la pralesta para denunciar también que “desafortunadamente todos fuimos testigos de una jornada marcada por los incumplimientos de los acuerdos electorales”.

El nerviosismo y los reproches cundieron durante la jornada dentro de las estructuras de las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH), las novedosas Redes de Articulación (RAAS) y los Comités Locales de Abastecimiento (CLAP), además de los consejos comunales, encargados de empujar a como sea a los votantes hasta las urnas. La situación obligó a Nicolás Maduro a aparecer a las 15:00 en televisión para lanzar la tradicional Operación Remate, y animar así a los votantes que reciben prestaciones sociales que acudan a los centros electorales usando los recursos del Estado. “Le hago un llamado a todo el pueblo venezolano a salir a votar. Vamos a facilitar al pueblo el transporte para ir a votar. Mientras más votos, más paz”, enfatizó el mandatario.

Toda una novedad, ya que hasta ahora el chavismo sí usaba todo tipo de vehículos para trasladar a sus votantes más remolones hasta la urna, pero jamás lo había anunciado públicamente su líder.

Las imágenes durante todo el día ahondaron las ya vistas el año pasado durante los comicios para elegir a los delegados de la Asamblea Nacional Constituyente. Centros electorales vacíos por todos lados, aunque a los datos aportados por el oficialismo elevaron la cifra de votantes hasta los 8 millones. Tres días más tarde, Smartmatic, empresa que contabiliza los votos, denunció al mundo que el escrutinio se había hinchado con al menos un millón de votos.

Rechazo internacional
Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea (UE) y una docena de países latinoamericanos sostienen que la elección no es justa ni transparente y acusan a Maduro de socavar la democracia. El presidente reiteró hoy que le “resbala” que le digan “dictador”.

Casi todo el círculo del gobernante está sancionado por la UE y Washington, que recién sumó al número dos del chavismo, Diosdado Cabello, a su lista de 70 autoridades venezolanas sancionadas.

En la jornada, altos funcionarios estadounidenses como el secretario y subsecretario de Estado, Mike Pompeo y John Sullivan, respectivamente, ratificaron que desconocerán el resultado de las elecciones y anunciaron que Washington considera activamente aplicar sanciones petroleras.

Maduro dijo, en una breve declaración a periodistas en el palacio de gobierno y al ser consultado sobre lo dicho por Pompeo y Sullivan, que “la agresión proveniente del gobierno del Ku Klux Klan contra el pueblo de Venezuela está muy desprestigiada”. Con sus líderes más populares encarcelados o con prohibición para postularse, la coalición opositora llamó a abstenerse para no legitimar lo que llama una “dictadura”.

Maduro confía en que esos gobiernos finalmente lo reconocerán, así como en el apoyo de China y Rusia y de la, hasta ahora incondicional, cúpula militar.