¿Quién es realmente Herme Juárez?

Muy conocido en el Cordón Industrial, cosecha simpatizantes y detractores. Nació en la pobreza y se convirtió en millonario.


“Hay que separar la paja del trigo”, dijo un interlocutor del círculo cercano de Herme Oscar Juárez, que se animó a narrar parte de su historia absolutamente convencido de que los operativos realizados esta semana corresponden a un golpe “efectista y estereotipado”. De entrada, planteó los reparos necesarios para no quedar mal parado a la hora de hablar del líder portuario detenido el jueves como sospechoso de numerosos delitos económicos que son investigados por el juez federal de Campana, Adrián González Charvay. Más tarde, el hombre refirió que “si se las mandó, que la Justicia lo investigue y lo sancione”.

“Pero no hay que dejarse asustar por las cifras publicadas y el despliegue cinematográfico que mostró el gobierno esta semana, porque ahí están las segundas intenciones. Los hombres de la Justicia se hubieran cuidado mucho de interferir en una campaña electoral. Pero no son independientes”, se animó a ventilar el entrevistado después del compromiso de no publicar su nombre. Para él, fue justamente el efecto que buscaban. “Los porteños se tragaron todo el cuento y los condenaron públicamente sin saber siquiera si existe alguna conducta delictiva. Los mismos policías se encargaron de generar imágenes que en minutos publicaron en Buenos Aires. Quedó muy claro, buscaban justamente el circo”.

Fortuna

El entrevistado contó que la fortuna de Vino Caliente, como lo conoce la mayoría en el Cordón industrial, o Chiche, para su familia y los más cercanos, tiene sentido si se entiende la evolución de la zona en la que se encuentra el punto agroexportador más importante del país.

“Chiche la buscó, fue siempre distinto. No sé si por carácter, ambición o una condición natural siempre se esforzó y marcó la diferencia”, sentenció para luego dar paso al relato que resume la historia de un obrero portuario que pasó de la infancia pobre al sindicalista y empresario rico, exitoso y filántropo. Una historia en la que se entrecruzan mitos con pasajes y personajes pintorescos, que bien podría convertirse en arquetipo para una serie televisiva.

Vino Caliente es el mayor de siete hermanos y llegó a Puerto San Martín muy joven, dejando atrás una infancia signada por la pobreza. Venía de Victoria, donde trabajaba junto a su padre propietario de una sodería. Allí vendía vino a granel que transportaba en una bordalesa y fraccionaba usando una manguera que, a modo de picardía, usaba también para convidar a sus amigos, quienes finalmente le acuñaron el mote más reconocido.

A los 18 años entró al mundo portuario cuando se anotó en Puerto San Martín como estibador. Eran épocas en que al lugar arribaban barcos con poca frecuencia, el cereal se cargaba en bolsas y éstas se subían y acomodaban a pulso y hombro. Cuentan que siempre tenía plata en el bolsillo porque mientras sus compañeros salían a recrearse después de cobrar su jornal, él buscaba cómo seguir ganando dinero. Fue así que comenzó a comerciar con los isleños. Llevaba provista para la semana y cobraba con cueros de nutria y pescado que luego vendía del lado santafesino.

La irregularidad del trabajo y la necesidad de organización para establecer igualdad entre los peones portuarios llevó a la conformación de la Cooperativa en 1961 dentro de un movimiento nacional que le dio marco a otras 23 instituciones similares. Junto a otros socios mostró sus dotes a la hora de liderar y una asamblea lo designó presidente ocho años después. Al mismo tiempo escaló en la estructura sindical de la delegación Puerto San Martín del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos hasta llegar a ocupar el cargo máximo.

Las referencias lo señalan como un hombre que “constantemente diversificó sus ganancias y las reutilizó a su favor”. Durante el auge de la explotación ganadera en las islas también hizo importantes inversiones. Además lo pintan como un hombre de carácter fuerte, adepto al fútbol, a los autos antiguos y a los descansos en familia que “nunca ocultó lo que tenía. Al contrario, le daba placer mostrarse como un tipo exitoso. Un ejemplo es la mansión que se construyó en la costanera y que comparte con su tercera pareja”, reveló el relato.

“Ese punto fue el que más ruido le generó en su entorno y principalmente en la masa de trabajadores”, lanzó el entrevistado. “Con mucha sagacidad se movía en una zona gris en la que debía alternar como dirigente gremial y a la vez como patrón. Sin embargo, como secretario general fue un gran peronista y como presidente de la Cooperativa, un increíble negociador”, sentenció y agregó que “eso se puede ver en las redes sociales que se encargaron de mostrar en estos días la gran cantidad de fotos que tiene con dirigentes políticos de todos los partidos”.

“Siempre tuvo facilidad para estrechar lazos con los gobiernos de turno, pero también con los trabajadores y los sectores más desprotegidos. Sería imposible enumerar la cantidad de gente e instituciones que ayudó a lo largo de su dirigencia y eso se notó cuando se sometió al voto popular y fue electo intendente de Puerto”, apuntó.

“Pero ahora cayó en desgracia y sus detractores contarán miles de historias”, se quejó y añadió que “muchos dirán que usó métodos non sanctos, que amasó una fortuna y mucho poder durante demasiados años, pero también deberían analizar que siempre supo encontrar, con inteligencia, la necesidad de un cliente que paga en dólares y se preocupó por asistirlo con un gran servicio. Esto, a la vez, le dejaba enormes réditos que compartía con todos los socios quienes, según el estatuto de la Cooperativa, participan de las ganancias”.

Tecnología

Las tareas de distribución y carga fueron adaptándose a las innovaciones y al cambio de procesos. “Las bodegas comenzaron a llenarse a granel y principalmente el crecimiento del sistema agrario generó una explosión que se espejó en los ingresos. Fue impresionante la evolución comercial como empresa de servicios. Así creció el sistema de infraestructura portuaria de la entidad, aparecieron las cintas transportadoras, las palas mecánicas y después, de la mano de otras prestaciones como la creación del Centro de Emergencias y Rescate Portuario, llegaron las lanchas ambulancia, los helicópteros y las nuevas dependencias”.

También se adosaron servicios de remolque, de alije, de acopio y limpieza de bodegas, entre otros. Ese crecimiento también permitió desarrollar beneficios sociales como la escuela de fútbol, el camping, la obra social y la clínica 21 de Diciembre, que albergó a los jubilados de Pami que habían quedado desamparados cuando quebró el Sanatorio Regional de San Lorenzo y los jubilados sanlorencinos y puertenses debían atenderse en Rosario.

El Robin Hood del Cordón, como lo bautizaron esta semana en San Lorenzo, despierta sentimientos encontrados. Quienes le tienen simpatía interpretan que las denuncias en su contra y su espectacular detención forman parte de un plan pensado para obtener réditos políticos. Arriesgan que también se trataría de una conspiración para la llegada de nuevos empresarios, que quieren hacer pie en la región y romper su supremacía. Mientras tanto sus detractores dan fe de las acusaciones judiciales que también afectan a parte de su equipo, una disyuntiva sobre la cual deberá echar luz ahora la Justicia.