Fernández y Macri llenaron el debate de acusaciones y chicanas

El candidato opositor hizo hincapié en la pobreza y el presidente no ahorró dardos contra la corrupción de los gobiernos kirchneristas.

Mauricio Macri y Alberto Fernández volvieron a convertirse en los dos protagonistas centrales del debate presidencial y cruzaron durante todo el evento chicanas y acusaciones. Debatieron sobre seguridad, empleo, producción e infraestructura, calidad institucional y rol del Estado.

A diferencia de lo sucedido hace siete días, el presidente de la Nación aprovechó mejor la instancia y salió airoso en la defensa de su gobierno, pero más en los ataques contra su rival, a quien vínculo de entrada con los gobiernos kirchneristas.

Entre el “nosotros y ellos”, Macri fue edificando un relato que tuvo su momento más duro cuando le enrostró a Fernández haber sido el jefe de Gabinete de un gobierno “que importó 200 mil kilos de efedrina”, vinculándolo con el narcotráfico. Fernández sintió el impacto y le dijo, de entrada: “Por suerte con usted no nos parecemos en nada”.

Mejor que en el debate pasado, el candidato de la izquierda, Nicolás del Caño, reprochó a Macri las políticas de seguridad que lleva adelante Patricia Bullrich, propició la legalización de la venta de marihuana y reivindicó la lucha de los sectores populares en Chile y Ecuador. Roberto Lavagna buscó sacar diferencias en materia económica y alertó que los pueblos no tienen “paciencia infinita” respecto de las malas políticas económicas.

El candidato del Frente de Todos acusó a Macri de mentiroso y de llevar adelante decisiones para beneficiar a su familia. Además, reiteró que durante una eventual gestión peronista se van a desdolarizar las tarifas de los servicios públicos. En el marco del diagnóstico, el ex jefe de Gabinete acusó a Macri por el cierre de “43 pymes por día”.

Macri aprovechó ese segmento para lanzar una grave acusación: “Los kirchneristas se robaron la plata de las obras. Ellos no cambian más”. Fernández quiso salir del paso afirmando que “cuando tuve diferencias (con Cristina) me fui a mi casa. Puedo dar clase de decencia”. Fernández citó en una oportunidad al padre de Macri (“usted nos contó cuando su padre murió que era responsable. A mí no me va a correr presidente”), ante lo que el candidato de Juntos por el Cambio replicó: “Es de mal gusto citar a quién no se puede defender. Y para usted, Fernández, es imposible de creer que usted no vio nada” de la corrupción kirchnerista.

En un intervalo, Macri le reprochó a Fernández haber mencionado a su padre y el representante peronista a la Presidencia le espetó: “Sos un inmoral”. Un momento de tensión que sorprendió a todos los que se encontraban cerca de los protagonistas.

Durante el debate, Espert pidió democracia sindical, limitar los mandatos de los sindicalistas y acelerar los pasos para una reforma laboral. Pero lo más saliente de Espert fue su propuesta de eliminar la coparticipación. “Muchachos, abrácense, tan diferentes no son”, les dijo a Macri y Fernández. Gómez Centurión, en tanto, propuso “orden, respeto a la autoridad”. Se mostró dispuesto a confrontar con el progresismo cultural.

Mientras los dos candidatos mayoritarios se fajaban como boxeadores en busca del nocaut, Lavagna tuvo una de sus pocas frases chispeantes: “Acá están los crujidos de los aparatos políticos”. Y pidió un acuerdo político para intentar salir de la crisis.

Macri y Fernández no ocultaron la pésima relación que tienen y ni siquiera se saludaron cuando finalizó el debate. “Nos mintieron 12 años, infectaron el país de narcotráfico. Escuchando esto durante 4 años espero estar ganándome el cielo”, chicaneó el presidente.

Al principio, Fernández sostuvo que en esa facultad (de Derecho) se educó y ahora es docente. Trajo al redil las críticas por su dedo índice levantado, y pidió que se ocupen de los “índices más importantes” como el de la pobreza. “Este gobierno le hace pasar hambre a la gente”, disparó. Macri había tomado aire para recordar que en 2017 había registrado un descenso de los índices de la pobreza, algo que nadie entendió. Ahí, intercedió Lavagna: “El riesgo es acostumbrarse a la pobreza”.

Al tiempo que Macri se mostró de acuerdo con alguna intervención de Espert, Fernández lo hizo con Lavagna. A su turno, cuando llegó el bloque correspondiente, Espert adelanto que “piquetero que corta la calle, piquetero que termina preso. Cuidado Juan Grabois contigo”.

Del Caño comparó a Miguel Pichetto con Micky Vainilla, el personaje filonazi de Capusotto, mientras Gómez Centurión pidió bajar la edad de imputabilidad.

Pasadas las 23 terminó el evento en el salón de actos de la Facultad de Derecho de la UBA, y cada equipo que respaldó a los candidatos declaró haber ganado. La verdad de la historia será el domingo próximo, en todo el país. Cuando hablen las urnas.