Motivos por los que deberías tirarte a la pileta después de los 50

Es una actividad de bajo impacto que ayuda a mantenerse en forma, ayuda a la salud cardiovascular y reduce el estrés.

Cuando se habla de la natación como ejercicio físico, existe cierto consenso y conocimiento popular sobre que es un deporte con múltiples beneficios para la salud. En lo que no muchas veces se hace hincapié es que nadar se transforma, pasados los 50 años, en una de las actividades​ más adecuadas para mantener una vida sana, recuperar la agilidad y un cuerpo flexible, sin tomar riesgos, y que ayuda a prevenir lesiones y enfermedades.

Hace ya más de 20 años que la natación es utilizada como método complementario para los problemas de columna. En general, la medicina aconseja a sus pacientes realizar la llamada “natación terapéutica”, debido a las ventajas que origina el medio acuático. Las propiedades del agua son ideales para la rehabilitación, prevención y compensación de las patologías de espalda.

“No existe ningún deporte que empiece aproximadamente a los tres años y no tenga límites de edad. Dicen que ‘la natación siempre te espera’ y es verdad: no es una simple frase. Si ya pasaste los 50 no lo dudes, tenés que empezar a nadar. Yo recomiendo de 2 a 3 clases/entrenamientos por semana, de 45 minutos a una hora por sesión. La natación es compatible con otros deportes, siempre que los realices en otros días y si estás en condiciones físicas”, siguió Petrini.

A continuación, algunos beneficios de esta práctica:

✔️Ayuda a controlar el peso. Sabido es que el sobrepeso trae daño al cuerpo en cualquier edad, pero es más riesgoso y difícil de combatir a medida que pasan los años. El metabolismo se pone más lento con la edad avanzada y la natación ayuda a estimularlo, quemar grasas y ganar en masa muscular. Conforme avanzamos en edad se pierde masa muscular, lo que provoca que en un futuro disminuya la calidad de vida al no poder realizar incluso las actividades más básicas. “Cualquier medida preventiva para evitarlo, a partir de los 50 años, influye de manera positiva en la salud”, insiste Petrini.

✔️Actividad física sin correr riesgos (bajo impacto). Está demostrado que las actividades acuáticas y la natación con fines terapéuticos, producen más beneficios que otros movimientos físicos. A nivel músculo-esquelético ofrecerá grandes beneficios derivados de la hipogravitatoriedad acuática, a causa de una reducción del peso corporal cuando las personas se encuentran dentro del agua. Esto permite trabajar con menor presión intervertebral, menor estrés en sus articulaciones y menor exceso de peso en sus músculos y ligamentos. Además, facilita la movilidad articular, haciendo más fácil el movimiento de las zonas lesionadas o doloridas.

✔️Mejora el sistema cardiovascular y respiratorio. La natación es un deporte cíclico (se repite secuencia de movimientos), esto permite planificar cada sesión de entrenamiento de manera individualizada. Ayuda a aumentar la capacidad pulmonar, el tamaño y la eficiencia del diafragma, lo que conlleva a mejoras en la respiración. Constituye un entrenamiento aeróbico de bajo impacto, que necesita del oxígeno del aire para ayudar a mejorar el sistema cardiovascular. Cuando hablamos de deporte-salud, sin competición, puede considerarse que está entre los más recomendados debido a que en su ejecución se mueven grandes grupos musculares y podemos controlar más o menos la intensidad y la duración del mismo. Con el paso del tiempo, los médicos recomiendan este tipo de actividades que contribuyen al sano desarrollo del sistema respiratorio, fortalece el corazón y ayuda a equilibrar la presión arterial.

✔️Disminuye el estrés. Sólo con ver una piscina e introducirse en el agua ya trae cierto alivio para el estrés. La sociedad nos lleva a tener un ritmo de vida demasiado intenso. El azul claro y la limpieza de una piscina, representa un impactante relajamiento visual, liberándonos, un poco, de la agotadora rutina. También el contacto con el agua y el sonido que produce cuando nadamos se asocia con otros elementos de la naturaleza como una playa, un río o una cascada. Nos lleva a lugares de nuestra infancia, en donde es natural que los niños jueguen y se diviertan en el agua. La natación es buena para aliviar el estrés, ya que obliga al organismo a regular tu respiración a través de los movimientos cíclicos.