Desde la Cátedra del Agua de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) piden un uso “racional, responsable y solidario” ante la bajante histórica del río Paraná y la lucha contra la pandemia del coronavirus, ya que una de las principales recomendaciones para evitar el contagio es lavarse las manos con agua y jabón. “Creemos que el agua es inagotable y el río Paraná nos demuestra que no, que puede escasear y mucho. El agua es un bien común y un derecho humano”, dijo Aníbal Faccendini, a cargo de la cátedra que logró el derecho de jarras.
Los niveles del río Paraná están muy por debajo de lo normal en esta época del año, producto de las escasas precipitaciones en la cuenca superior del curso y en los ríos Iguazú y Paraguay. Según las proyecciones meteorológicas, el fenómeno -insólito en los últimos 50 años- continuará hasta el final del invierno.
“La situación es muy complicada. Con una bajante que se espera de 0, 66 metros para el 28 de abril en el Paraná, la reducción del consumo del agua sería un acto solidario con la naturaleza. Permitiría que llegue a los sectores más vulnerables y es una manera de luchar contra el Covid-19”, advirtió el docente.
El director de la Cátedra del Agua explicó que una persona consume aproximadamente 400 litros de agua por día: “Habría que bajarlo a 200 litros y, de esa manera, se podría lograr que el consumo anual pase de 146 mil a 73 mil litros. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece 100 litros por día, por persona”.
Faccendini remarcó que la naturaleza no responde a ningún manual, sino que existe per sé. “El agua está para ser compartida y tenemos que cuidarla. Eso forma parte de la lucha contra el Covid-19. Hay que construir ante la falta de conciencia”, señaló.
Según Faccendini, en la provincia de Santa Fe hay más de 30 localidades que no tienen acceso al agua potable en forma integral, continua y eficiente. En Rosario hay cerca de 100 mil personas que viven en extrema vulnerabilidad ambiental y no tienen acceso integral al agua segura.