Especial Tango: “Cacho” Castaña

Hoy vamos a recordar a Humberto Vicente Castagna, más conocido como Cacho Castaña, o también “Cacho de Buenos Aires” como él mismo se autodenomina en uno de sus temas.

Tal vez, a algún purista del tango o a los tradicionalistas tangueros seguidores de este espacio, no le guste o no lo considere uno de los más importantes intérpretes y creadores de este género. Pero lo que nadie podrá negar es que, a través de sus obras, se convirtió en un auténtico ídolo popular, con tangos, baladas y hasta con música bailantera.

Había nacido en el porteño barrio de Flores en 1942.  Su vocación y su amor por la música comenzaron en la niñez. A los 14 años ya era profesor de piano. Empezó como pianista en orquestas de tango, y en la segunda mitad de la década de 1960 se presentó como cantante en aquellos programas “ómnibus” de TV, que los sábados destinaban su primera hora a nuevas voces, en Canal 9.

Es autor de más de 600 temas y, aunque se destacan los tangos, compuso en diversos géneros.

Quizás su obra más emblemática sea el mítico “Café la Humedad”, compuesto en 1972, que evoca el café de Gaona y Boyacá, donde Cacho se juntaba con su barra de amigos.

Pero también fue autor de numerosos éxitos populares: “Para vivir un gran amor” “Lo llaman el matador”, “La reina de la bailanta”, “Señora si usted supiera”, “Ojalá que no puedas”, “Quieren matar al ladrón”, “Setiembre de 1988”, y “Que tango hay que cantar” (compuesto con su amigo Rubén Juárez)

Y se recuerda además, una polémica suscitada durante 2017 y 2018 con su canción “Si te agarro con otro te mato”, que había sido un éxito en los años 1970, en el contexto de una tendencia a revisar la letra de canciones populares que promovían el machismo o la violencia de género.

Específicamente con el tango, tuvo una serie de composiciones dedicadas a personajes como “Tita de Buenos Aires” (dedicada a Tita Merello), “Garganta con Arena” (dedicada al Polaco Goyeneche) y “La Gata Varela” (dedicada a Adriana Varela) que fueron muy bien recibidas por el público, además de un tema autobiográfico (aunque exageradamente autoreferencial, tal vez), “Cacho de Buenos Aires”

Además de la música, otra de sus pasiones fue el cine, participando en numerosas películas, entre ellas: “El mundo es de los jóvenes”, “El cabo Tijereta”, “Los éxitos del amor”, “La carpa del amor”, “La playa del amor”, “Ritmo, amor y primavera”, “Abierto día y noche” y “Felicidades”.

En 2005 recibió el Diploma al Mérito de los Premios Konex a la Música Popular en la disciplina “Autores/Compositores de Tango” como uno de los 5 mejores de la década en Argentina.

En 2008 compone junto a Valeria Lynch la canción “Por amor a vos”, como cortina musical de la telecomedia del mismo nombre, en Canal 13. Esta canción ganó el premio Martín Fierro a la mejor canción original.

En 2012, participó de la exitosa novela “Dulce amor”, y en 2013, del programa “Buenos Muchachos” que se emitía en C5N los días sábados, junto a Beto Casella, el Bambino Veira, Guillermo Coppola y Coco Basile, contando anécdotas y experiencias de vida.

Su adicción al cigarrillo lo llevó a internaciones en varias oportunidades por sufrir afecciones respiratorias y cardíacas, que lo llevaron a una fragilidad general de su salud, aunque recurrentemente se recuperaba y … siempre volvía a cantar, falleciendo finalmente en Octubre de 2019 a los 77 años.

En sus temas, siempre resaltó su apego a la nostalgia y a los códigos de barrio.  Nunca vendió su casa de Flores y recordaba a sus padres y a sus dos hermanos mayores con cuatro estrellas tatuadas en su mano derecha.

Párrafo aparte merecen sus relaciones sentimentales con varias parejas, y hasta su paso por el umbandismo, la meditación y el control mental.

Un auténtico personaje del mundo de la música nacional, que así escribió para homenajearlo,  y así él mismo le canta a su ídolo:

Ya ves, el día no amanece,

Polaco Goyeneche, cantame un tango más.

Ya ves, la noche se hace larga,

tu vida tiene un carma, cantar, siempre cantar.

Tu voz, que al tango lo emociona

diciendo el punto y coma que nadie le cantó.

Tu voz, de duendes y fantasmas,

respira en el asma de un viejo bandoneón.