El subsecretario de Seguridad Preventiva, Diego Llumá, señaló en Radio EME que “hubo una saturación mal contabilizada por el municipio que hizo que las previsiones originales de asignar un número determinado de efectivos quedará corto”.
La vuelta del público a las canchas dejó grandes disturbios en la ciudad de Santa Fe. Ayer por la noche, en el ingreso al Estadio Brigadier Estanislao López, se produjeron diversos disturbios causados por los hinchas de Colón que querían participar del partido que enfrentaba al sabalero contra Banfield.
A pesar del gran operativo policial desplegado en las inmediaciones del “Cementerio de los Elefantes, la hinchada rojinegra sobrepasó los controles, causando varios estragos. Entre los que se registraron seis policías heridos, y uno de ellos con algunos traumatismos tras la caída de uno de los portones de ingresó.
En diálogo con Radio EME, Diego Llumá, subsecretario de Seguridad Preventiva de la provincia, atribuyó la responsabilidad del caos a la Municipalidad de Santa Fe: “La responsabilidad es del municipio. Hubo una saturación mal contabilizada por el municipio que hizo que las previsiones originales de asignar un número determinado de efectivos quedará corto”.
Además, agregó: “Los controles funcionaron perfectamente hasta último momento, debido a los desbordes producto de la intencionalidad de la barra brava de irrumpir y llevarse puesto al dispositivo policial. En el camino quedaron cinco policías heridos y 100 barra bravas dentro de la cancha”.
En tanto, el funcionario provincial sostuvo que un miembro de la comisión directiva del Colón hablaba con “Nano” Leiva y presionaba a la policía para que ingresaran unos 400 miembros de la barra que quedaron afuera del estadio.
“La barra reclamó sus derechos de ocupar su lugar en la platea, pero la fuerza pública le dijo que no. Sin embargo, el interlocutor que tenía la comisión directiva con el jefe de la barra, sostuvo que si no se dejaban ingresar a las 400 personas iban a ir al Fonavi a hacer una masacre y suspendían el partido”, apuntó Llumá.
