Condenan a tres mujeres de una banda que ofrecía motos en Marketplace y robaba a interesados

La asociación ilícita ofrecía a la venta en redes sociales motocicletas Honda Tornado o XR para captar potenciales víctimas en puntos de encuentro la ciudad de Santa Fe. Las penas van de los 4 a 5 años. La misma modalidad de robo reportó víctimas fatales.

Tres mujeres fueron condenadas por integrar una asociación ilícita que ofrecía motocicletas a la venta a través de redes sociales y luego les robaba a los interesados en comprarlas. Los asaltos fueron cometidos entre agosto de 2022 y el mismo mes del año pasado en la ciudad de Santa Fe.

Una de las condenadas es Cecilia Soledad Miranda, de 38 años, a quien se le impusieron cinco años de prisión. Las otras dos son sus hijas Agostina Anahí Martínez y Abilén Ariana Martínez, de 22 y 19 años, que deberán cumplir cuatro años de prisión. A raíz de que las tres mujeres tienen personas menores de edad a su cargo, se dispuso que cumplan las penas de forma domiciliaria.

Las sentencias fueron resueltas por la jueza Rosana Carrara, en el marco de un acuerdo abreviado que se desarrolló este martes en los tribunales de la capital provincial.

La fiscal María Laura Urquiza afirmó que las condenadas formaban parte de un clan familiar “estable, permanente y organizado, destinado a cometer ilícitos contra la propiedad”.

La funcionaria del MPA sostuvo que Miranda y sus hijas concretaban delitos a partir de las indicaciones que les daba un hombre que está imputado como jefe de la asociación ilícita y transita el proceso judicial en prisión preventiva. Al momento de los hechos, él ya estaba detenido en un establecimiento penitenciario. Un hombre del entorno de las mujeres, identificado como Julián Contreras, fue condenado el año pasado a tres años de prisión por integrar la misma banda delictiva. Mientras que otros dos investigados como miembros del grupo criminal están privados de su libertad como medida cautelar.

La modalidad es la misma que sufrieron Franco “Paco” Demarchi, un joven oriundo de Sancti Spiritu que en julio de 2023 viajó 370 kilómetros junto con un amigo, y Lautaro “Lato” Leandro, un rapero de 22 años que viajó desde Villa Fiorito, provincia de Buenos Aires. Tanto Demarchi y Leandro fueron asesinados en la ciudad de Santa Fe cuando se percataron de las verdaderas intenciones de los faltos vendedores y quisieron escapar.

Puntos de encuentro

La banda ofrecía a la venta en redes sociales motocicletas marca Honda modelo Tornado o XR con la finalidad de captar potenciales víctimas. “Cuando alguien demostraba interés en adquirir un vehículo, establecían un punto de encuentro”, dijo.

“A la fecha y hora acordada, los atacantes iban al lugar, amenazaban con armas de fuego a los compradores y les quitaban dinero y otras pertenencias”, precisó. “En otras ocasiones, tras recibir una seña vía transferencia bancaria no acudían a la reunión pactada ni retomaban la comunicación con quienes les habían pagado”, agregó.

La representante del MPA especificó: “Si bien investigamos 15 ilícitos cometidos por el clan familiar, las condenadas no estuvieron implicadas en todos”. Expuso que Miranda participó de cinco robos –uno de los cuales no llegó a concretarse–, y cuatro estafas, mientras que Agostina Martínez cometió dos robos, mientras que su hermana estuvo involucrada en otro.

Las víctimas de los delitos en el plan criminal fueron citadas en el barrio Villa del Parque o en la zona noroeste de la ciudad. En cuanto a lo sustraído mediante esas conductas ilegales, la fiscal dijo que se apoderaron de 2.015.400 pesos, una motocicleta, seis teléfonos celulares, tres camperas, cuatro mochilas, una cartera, tarjetas bancarias y documentación, entre otros elementos.

En un caso de tentativa de robo, un hombre al que pretendieron quitarle sus pertenencias recibió un tiro, agregó la fiscal.

Las tres mujeres reconocieron su responsabilidad penal como miembros de una asociación ilícita. Además, Agostina Martínez fue condenada como coautora de robo calificado (por haber sido en poblado, en banda y con armas de fuego, cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada); mientras que su madre y su hermana, actuaron como partícipes necesarias del mismo delito.

A su vez, Miranda admitió la coautoría de estafa y la participación necesaria en robo calificado (por el uso de armas de fuego, cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada), así como en una tentativa de robo calificado (por el empleo de armas de fuego y por haberle causado lesiones graves a la víctima).