Juana Tinelli, hija del conductor Marcelo Tinelli, utilizó sus redes sociales para compartir un profundo descargo personal luego de que la Justicia le otorgara un botón antipánico tras denunciar amenazas y amedrentamientos. La joven, de 22 años, acudió a la Justicia acompañada por sus padres y decidió expresar públicamente cómo vive esta situación.
“Durante mucho tiempo elegí callar. Callar por miedo, por costumbre, por amor y fidelidad para proteger a quienes más amo. Pero hay momentos en los que el silencio deja de ser refugio y se convierte en una carga que duele más que cualquier palabra”, comenzó diciendo Juana en su comunicado.
A lo largo del texto, la joven manifestó que atraviesa un momento de vulnerabilidad y búsqueda de paz: “Hoy hablo desde ese lugar: desde el miedo, pero también desde la necesidad de vivir en paz. Fui amenazada, y aunque no quiero detenerme en los detalles, eso fue suficiente para entender que no puedo seguir viviendo con miedo por decisiones que no tomé.”
En su reflexión, Juana reconoció haber priorizado durante años el bienestar de su familia, especialmente el de su padre, por encima del propio: “Lo hice desde el amor, desde la entrega y desde ese instinto de cuidar. Pero en ese intento, me fui olvidando de mí, de mi salud emocional y de mis límites. Y hoy elijo recuperarlos.”
Además, expresó su desacuerdo con algunas decisiones tomadas por Marcelo Tinelli en los últimos años: “No comparto ni avalo muchas de las decisiones que mi papá ha tomado. Creo que esas acciones lo han llevado a atravesar momentos difíciles que no me corresponden, pero sí me afectan profundamente. No puedo responsabilizarme por lo que no hice, pero sí por cómo eso me atraviesa.”
Pese a todo, Juana subrayó que su mensaje no busca generar conflicto, sino afirmar su derecho a expresarse y vivir sin miedo: “Hablo desde el amor y desde el miedo. Porque más allá de todo, él siempre será mi papá. Y lo amo, pero ser su hija no puede significar vivir con miedo, no lo merezco.”
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En un tono más introspectivo, recordó una enseñanza que le dejó Marcelo: “Mi papá una vez me dijo que, si algo me da miedo, vaya hacia eso. Que detrás del miedo está la fuerza más grande. Hoy entiendo que tenía razón: detrás de este miedo está mi verdad, mi voz y mi derecho a vivir.”
El descargo concluye con una afirmación de identidad y autonomía: “Tengo 22 años, tengo mi propia mirada y mi manera de sentir. Más allá de todo lo que mi apellido representa, quiero expresar mi verdad y marcar mis límites.”
