En su despedida de la Copa Sudamericana, Unión dejó una imagen de carácter y rebeldía en Belo Horizonte. El equipo dirigido por Cristian González empató sin goles frente a Cruzeiro, pero fue el que más buscó el arco rival durante la segunda mitad, incluso con un jugador menos por la expulsión de Valentín Fascendini.
El partido comenzó con una sorpresa: Franco Pardo lució la cinta de capitán en lugar del habitual referente Claudio Corvalán, quien también integró el once inicial. Desde el arranque, Cruzeiro mostró mayor claridad y control, mientras que Unión no lograba asentarse en el campo. Pasaban los minutos sin que el equipo santafesino pudiera hilvanar jugadas ofensivas ni inquietar al arquero local.
La primera situación de peligro llegó recién a los 25 minutos, cuando Mateo Del Blanco probó con un tiro libre bajo que el arquero brasileño no pudo retener con seguridad, enviando la pelota al córner. Sin embargo, el trámite del encuentro seguía siendo monótono, con ataques sin profundidad de ambos lados.
El punto de inflexión llegó a los 36 minutos, cuando el árbitro paraguayo Blas Antonio Romero recurrió al VAR y cambió una amarilla por una roja directa a Fascendini tras una dura entrada. Unión quedó con diez, pero no se achicó.
En la segunda parte, el equipo argentino mostró otra cara. Con el ingreso de Mauricio Martínez, el Tate ganó en claridad y dominio territorial. Lucas Gamba desbordó por la derecha y asistió al propio Martínez, quien definió con dificultad en una de las más claras del encuentro. Del Blanco y Agustín Colazo también fueron protagonistas, este último con un cabezazo que pasó muy cerca del palo.
Unión empujó con decisión, jugó en campo rival y minimizó a Cruzeiro, que nunca logró aprovechar el hombre de más. La intensidad y actitud del equipo santafesino se sostuvieron hasta el pitazo final, en una muestra de carácter que no alcanzó para seguir en el torneo, pero sí para irse con dignidad y aplausos.
Así, el Tate cerró su participación internacional dejando buenas sensaciones para el futuro, en un partido donde el resultado no reflejó la entrega ni la superioridad que mostró con un hombre menos en el Mineirao.
