La relación entre Elon Musk y Donald Trump atraviesa su peor momento. Todo comenzó cuando el CEO de Tesla y SpaceX reposteó en su red social X un mensaje que pedía el juicio político (impeachment) al presidente estadounidense. Además, sugirió como reemplazante al senador J.D. Vance, y acompañó la publicación con un breve pero contundente: “Yes”.
— Elon Musk (@elonmusk) June 5, 2025
La respuesta de Trump fue inmediata. Durante una reunión con el canciller alemán, expresó su decepción con Musk y deslizó que podría cancelar los contratos gubernamentales con SpaceX y Starlink. Más tarde, en su red Truth Social, escribió: “La forma más fácil de ahorrar miles de millones es cortar los subsidios a Elon”.
Musk no tardó en responder: “Adelante, haceme el día”, y redobló la apuesta al insinuar que Trump podría figurar en los archivos no revelados del caso Jeffrey Epstein. Según Musk, esta sería una de las razones por las que la Casa Blanca mantiene en reserva documentos vinculados al escándalo.
La tensión entre ambos se disparó tras una etapa de colaboración estrecha. Hasta hace pocos días, compartieron una despedida en el Despacho Oval, donde Trump le entregó a Musk una llave simbólica en reconocimiento por su gestión en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). A lo largo de los últimos años, también habían coincidido en actos de campaña y encuentros personales.
Sin embargo, la relación se deterioró a partir de las críticas de Musk al nuevo plan económico del Gobierno, denominado “Enorme y Hermoso Proyecto de Ley”, al que calificó como una “repugnante abominación”. El empresario alertó que el proyecto aumentaría el déficit fiscal, especialmente por la reversión de créditos fiscales a autos eléctricos, una medida que afecta directamente a Tesla.
En represalia, Trump canceló la nominación de Jared Isaacman —impulsado por Musk— como nuevo director de la NASA, y lo tildó de “absoluto demócrata”.
La disputa tuvo impacto inmediato en los mercados: las acciones de Tesla cayeron más del 10% tras el cruce. En respuesta, Musk aseguró: “Sin mí, Trump habría perdido la elección. Qué ingratitud”.
Con este nuevo escenario, la ruptura entre dos de las figuras más poderosas de Estados Unidos plantea serias dudas sobre el futuro político, institucional y económico del país.
