Un escándalo de corrupción sacude los cimientos del fútbol sudamericano. Una investigación judicial apunta al presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Robert Harrison, por liderar una red de lavado de dinero vinculada a transferencias irregulares de futbolistas.
La trama incluye triangulaciones prohibidas por FIFA, evasión fiscal, sobornos y vínculos con bandas criminales. Según los informes, clubes argentinos como Newell’s Old Boys, Arsenal y Tigre habrían sido utilizados para ejecutar maniobras fraudulentas.
El caso más alarmante involucra a Newell’s, señalado como centro de lavado con conexión directa con “Los Monos”, una organización narcocriminal de Rosario. Esta relación pone en alerta a las autoridades por su posible impacto en la seguridad nacional.
La red operaba inflando fichajes, registrando jugadores brevemente en Paraguay y desviando fondos hacia empresas fantasma. Las ganancias no se declaraban y los clubes no recibían el dinero correspondiente.
Entre los casos concretos se encuentra el pase de Cristian Colmán. Se ocultaron 900 mil dólares en su llegada a FC Dallas. También se desviaron fondos en su transferencia a Godoy Cruz y Arsenal. Audios filtrados revelan la manipulación de su valor mediante medios afines.
Otro ejemplo es Alfio Oviedo. Fue vendido a Newell’s por un precio 17 veces superior a su valor real. El pago no fue al club original sino a un implicado, que llevó el dinero en efectivo en un avión privado desde Argentina a Paraguay.
La investigación también apunta a la operación de Teodoro Paredes, fichado como “puente” sin jugar un solo minuto en Nacional, y a Blas Armoa, vendido a Tigre mediante un “fondo oculto” que evadió impuestos y canalizó dinero a terceros.
Las redes sociales estallaron tras la filtración de chats y audios donde Harrison habría manipulado convocatorias a la selección paraguaya para inflar cotizaciones. Incluso se registraron mensajes con lenguaje ofensivo y presión sobre entrenadores.
La denuncia indica que esta red provocó pérdidas millonarias para el fútbol argentino. Además, agrava la crisis de seguridad en zonas como Rosario, ya golpeadas por el crimen organizado.
El escándalo exige respuestas urgentes. La magnitud del entramado genera preocupación en organismos internacionales. Ahora, la gran pregunta es si las autoridades podrán frenar una red que amenaza con destruir la credibilidad del fútbol regional.
