Durante el primer semestre de 2025, el departamento La Capital registró 22 homicidios dolosos, según el informe del Observatorio de Seguridad Pública que integran el Ministerio Público de la Acusación y el Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia. El 59,1% de los crímenes (13 casos) se produjeron en el marco de conflictos interpersonales, siendo esta la principal causa identificada.
En tanto, el 22,7% de los asesinatos (5 casos) estuvieron vinculados a actividades delictivas asociadas a economías ilegales o criminalidad organizada, mientras que el 9,1% (2 casos) ocurrieron en ocasión de robo. Dos hechos más permanecen en investigación sin categorización definida.
En cuanto a los meses con mayor y menor violencia letal, febrero fue el más crítico con ocho homicidios, mientras que junio reportó solo un caso, el número más bajo del semestre. La distribución de las víctimas muestra una fuerte prevalencia de varones: el 86,4% fueron hombres (19 casos) y el 13,6% mujeres (3 casos). En cuanto al modo de ejecución, el 45,5% fueron cometidos con armas blancas (10 hechos) y el 40,9% con armas de fuego (9 casos).
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Situación provincial: leve repunte respecto de 2024
En términos generales, la provincia de Santa Fe contabilizó 108 homicidios entre enero y junio de 2025, un leve aumento respecto a los 104 casos registrados en el mismo período de 2024. Pese a ello, ambos años presentan los niveles más bajos desde que comenzaron los registros sistemáticos en 2014.
La distribución mensual de los homicidios fue la siguiente:
- Enero: 31 casos
- Febrero: 19 casos
- Marzo: 10 casos
- Abril: 16 casos
- Mayo: 21 casos
- Junio: 11 casos
Los departamentos Rosario y La Capital continúan siendo los principales focos de violencia: Rosario sumó 68 homicidios en el semestre, seguido por La Capital con 22. Otros departamentos que reportaron muertes violentas fueron San Lorenzo (5), Castellanos (4), General Obligado (4), Las Colonias (2), Constitución (1), San Jerónimo (1) y Vera (1).
El informe permite observar una tendencia a la estabilización en los niveles de violencia letal, aunque con persistencia de focos críticos en los grandes centros urbanos.
