Bolivia abrió sus urnas este domingo para una de las elecciones más decisivas de las últimas décadas, en medio de una severa crisis económica que golpea a la población y genera expectación por el posible descenso del MAS (Movimiento al Socialismo) frente a una fuerza de centro-derecha que aparece como la gran novedad en el escenario político. Más de 7,5 millones de ciudadanos están llamados a elegir al presidente, además de senadores y diputados, en una jornada que podría redefinir el rumbo del país andino.
El contexto económico ayuda a entender el clima electoral. Según reportes que llegan a la cobertura internacional, la década de bonanza impulsada por las materias primas se ha tornado en una situación de escasez de dólares, desabastecimiento en algunos sectores y una inflación que ronda el 25%. Este entorno complica las promesas de campaña y añade un componente social relevante a la contienda, con el electorado atento a cuán rápido podrá ver respuestas concretas a problemas cotidianos.
En las encuestas previas, el panorama parece favorecer a una candidatura conservadora frente a la coalición del MAS, históricamente dominante. En una proyección que ya genera discusión, el expresidente Jorge Quiroga encabeza las preferencias con alrededor de una quinta parte de la intención de voto, seguido por Samuel Doria Medina, de la centroderecha, con cifras cercanas al 18%. Por su parte, Andrónico Rodríguez, figura del MAS, aparece en un lugar lejano respecto a los primeros, con algo más del 11% y, en la práctica, superado por votos en blanco y nulos.
La dinámica actual podría significar, por primera vez en dos décadas, que el conteo en primera vuelta no alcance la mitad de los votos para el MAS, lo que abriría la puerta a una segunda vuelta. Todo indica que la definición de la Presidencia podría dilatarse hasta octubre, marcando un punto de inflexión en la historia política del país.
En este contexto, la jornada electoral adquiere una relevancia adicional para la región, ya que los resultados podrían influir en alianzas regionales y en la lectura de futuras candidaturas en países vecinos.
